lunes, 25 de abril de 2011

Cristo, Redentor de la humanidad

Cristo es el Redentor de la humanidad (Hch.4:12), su estudio incluye tanto la persona de Cristo como su obra. Al estudiar lo que nos enseña la Escritura acerca de Jesucristo estamos tratando el centro mismo de nuestra religión, de nuestra fe, de la doctrina de la salvación y de las evidencias sustanciales de la presentación que el Maestro hacia sobre la adoración de la cual era merecedor (Jn.1:14; 10:30). La verdadera Cristología está fundamentada en la experiencia objetiva de Cristo, tal como fue conocida y registrada por los evangelistas y apóstoles en el Nuevo Testamento (Jn.21:24-25).

Eventos en la vida de Jesús, su significado bíblico.

1. Concepción y nacimiento. En los evangelios, según Mateo y Lucas, se menciona el nacimiento virginal de Cristo como el cumplimiento de la profecía. Este evento ha sido impugnado violentamente y los que así lo hacen evitarían mayores dificultades si admitieran la infalibilidad de la Escritura y su inspiración divina. Por esta razón los evangelios afirman que Cristo fue concebido por el Espíritu Santo y nacido de una virgen (Mt.1:18-20; Lc.1:27-35). Él no podía nacer de una naturaleza netamente humana bajo la maldición del pecado, para morir por nuestros pecados, por tanto El mismo debía estar libre de todo pecado. La «simiente de mujer» se desarrolló normalmente en la matriz de la virgen cuando, como dijo el ángel: ▄ El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por lo cual también el Santo Ser que nacerá, será llamado Hijo de Dios (Lc.1:35).

Las Escrituras afirman que ▄ aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (Jn.1:14) ▄ Así que, por cuanto los hijos participaron de carne y sangre, él también participó de lo mismo, para destruir por medio de la muerte al que tenía el imperio de la muerte, esto es, al diablo (Heb.2:14).

Su concepción y nacimiento constituyeron la aceptación por parte del Hijo preexistente de la naturaleza humana –con excepción del pecado-. Por esta razón la Escritura habla del «Salvador» que había de nacer ▄ He aquí que la virgen concebirá, y dará a luz un hijo, y llamará su nombre Emmanuel (Is.7:14), implicando que en la misma condición de la naturaleza humana se efectuaría un cambio trascendental a partir de ese momento. La concepción y nacimiento no puede ser interpretada como una excepción individual de la naturaleza humana, sino como la unión de lo divino con lo humano, siendo portador Cristo mismo de un nuevo orden de ser, en la apertura de un nuevo orden de humanidad a partir de Jesús tal como lo enseña la Palabra: ▄ y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad (Ef.4:24).

2. La circuncisión. El rito de la circuncisión marcaba la introducción oficial de un niño judío a las bendiciones del pacto abrahámico. Una correcta Cristología debe siempre mantener el hecho de que Jesucristo nació, vivió y murió como varón judío bajo la ley de Moisés. Por tanto para Jesús la circuncisión no significó un rito religioso vacío, sino todo lo contrario, adquirió de forma única en Jesús su más alta significación como pacto de gracia en la relación entre Dios y el hombre. Lo importante es que sepamos que el significado de este rito para comprender el alcance de la obra de salvación descansa en la enseñanza de que la justificación y perfección no pueden obtenerse por las obras de la ley judía, sino por medio del reino de la gracia , que es en Jesucristo, Aquel que, según el apóstol Pablo ▄ os dio vida juntamente con él, perdonándoos todos los pecados, anulando el acta de los decretos que había contra nosotros, que nos era contraria, quitándola de en medio y clavándola en la cruz (Col.2:13-14).



3. El desarrollo normal de Jesús. La Escritura nos afirma que el desarrollo de su naturaleza humana fue normal y pura en su niñez: ▄ Y el niño crecía y se fortalecía, y se llenaba de sabiduría; y la gracia de Dios era sobre él (Lc.2:40). Debido a su obediencia y constante comunión con el Espíritu Santo el niño Jesús pasó de la niñez en pureza y sin tacha hasta la edad varonil sin pecado. En El la inocencia inconsciente se transformó en obediencia consciente producto de su obediencia perfecta al Padre por tanto eso hizo posible que la santidad de su naturaleza nunca experimentara la contaminación del pecado, aunque fue tentado en todo. Bajo la dirección del Espíritu Santo y en constante comunión espiritual con su Padre celestial Jesús no evadió ninguna condición de su humanidad como lo enseña el Nuevo Testamento : ▄ Así que, por cuanto los hijos participaron de carne y sangre, él también participó de lo mismo (Heb.2:14). Nuestro Señor transitó por la infancia, la niñez, la juventud y la madurez, santificando cada edad, para que en todas las cosas El tuviera toda la gloria y fuera posible preparar el camino a la redención humana.



4. El bautismo. El bautismo de Jesús fue su introducción a su oficio de «Mesías» o «Cristo». Él no fue ungido con aceite, sino con el Espíritu Santo que el aceite tipificaba. En la circuncisión Jesús había sido sometido inconscientemente a la imputación de pecado; en el bautismo por la mano de Juan Jesucristo es consciente de representar a una humanidad pecadora y bajo la condenación de la ley de tal manera que en su Persona se cumpliese lo dicho por el profeta Isaías: : ▄ fue contado con los pecadores, habiendo él llevado el pecado de muchos, y orado por los transgresores (Is.53:12). Por tanto podemos afirmar que el bautismo marca el principio oficial del oficio de Mesías y por tanto del ministerio redentor de Cristo.

5. La tentación. La Escritura muestra que la tentación fue una necesidad ante su condición de Mediador, y al igual que su bautismo es de importancia universal. NOTA: «Es importante recalcar que el bautismo y las tentaciones en el desierto constituyen el umbral del ministerio mesiánico de Jesucristo». Por ese motivo era necesario que: (1) Jesús venciera personalmente sobre el pecado ejerciendo su libre albedrío, (2) El no solamente debía triunfar ante la tentación, sino sellar la dignidad y fortaleza del verdadero sentido de su reinado para poder ser Autor de vida eterna para los demás. El propósito de la tentación por parte del Maligno fue obligar a Jesús a comportarse como el Mesías tal como lo concebía el ultra-nacionalismo judío: un líder, un guerrero y político excepcional que dispone de su poder para - garantizar el sustento propio y de la nación, -lograr una total fidelidad a su persona y gobierno, - y hacerlo caer en la misma trampa en que cayó Adán de creer conseguir el control, esta vez específicamente de las naciones en una especie de poderío universal. «Este es el sueño dorado de los falsos Mesías y mesianismos»



6. La pasión y muerte de Cristo. La obediencia perfecta de Jesús encuentra su máxima expresión en las consecuencias humillantes de su muerte, y particularmente la muerte en la cruz. Mientras que los sufrimientos de Cristo se distinguen de la manera precisa de su muerte debemos tener en cuenta que la muerte misma no puede ser separada de su crucifixión. Por esta razón la cruz fue para nuestro Sumo Sacerdote la forma terrible que su altar asumió cuando : ▄ llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia; y por cuya herida fuisteis sanados (I P.2:24). Inmediatamente la Escritura conecta su entrega sacrificial como mediador de un nuevo pacto: ▄ Así que, por eso es mediador de un nuevo pacto, para que interviniendo muerte para la remisión de las transgresiones que había bajo el primer pacto, los llamados reciban la promesa de la herencia eterna. Porque donde hay testamento, es necesario que intervenga muerte del testador. Porque el testamento con la muerte se confirma; pues no es válido entre tanto que el testador vive. De donde ni aun el primer pacto fue instituido sin sangre. Porque habiendo anunciado Moisés todos los mandamientos de la ley a todo el pueblo, tomó la sangre de los becerros y de los machos cabríos, con agua, lana escarlata e hisopo, y roció el mismo libro y también a todo el pueblo (Heb.9:15-19).



7. El significado de la cruz. Para el cristiano el significado de la cruz debe ser un motivo de exploración constante de nuestra fe, no en balde el apóstol Pablo se propuso predicar a Jesucristo, y a éste crucificado (I Co.2:1-2). La cruz nos obliga a centrar una atención muy especial sobre la «divinidad y la humanidad» de Jesús porque: 1- estos son conceptos donde se concretizan la máxima expresión del amor y la inmanencia del mismo Dios, en este evento sacrificial es la humanidad de Cristo, desde la divinidad, la clave de nuestra redención. 2- Siempre debemos tener en cuenta que en la obediencia de Jesús, en la conducta humana de nuestro Cristo, fue posible que se revelara para todos los hombres la verdadera divinidad. 3- La proclamación de Jesús como Señor (en gr. Κύριος (kyrios) ) -tanto de Israel como del universo- está íntimamente ligado al misterio de la cruz: su señorío se manifiesta en el «servicio» y en el «sacrificio», no con el poder y la gloria que los hombres.

8. La humanidad de Jesús. La enseñanza escritural resume la humanidad del Redentor: en Jesús subsisten, en la unidad de la misma persona divina del Verbo eterno, dos naturalezas distintas, sin confusión, sin mutación, sin división y sin separación. Es imposible hacer una distinción entre el Jesús histórico y el Cristo de la fe, esta distinción no lo hacen ni los evangelios, ni el resto de los textos sagrados del Nuevo Testamento. un marcado desequilibrio en lo relacionado con la persona de Jesucristo: uno de ellos acentuará en Jesús la divinidad y el otro la humanidad , ambas tendencias son de carácter herético y carecen de un fundamento escritural.

Cristo fue al mismo tiempo verdadero Dios y verdadero hombre; como en su persona estaba integrada en dos naturalezas el Hijo de Dios sufrió pero esto no implica de ninguna manera plantear erróneamente que el «Padre sufrió o que el Padre murió también en la cruz». Es sumamente necesario aclarar que este sufrimiento de Cristo fue el de una persona divina encarnada y no el de una naturaleza divina (toda la Deidad).

Estas debilidades propias de la naturaleza humana no eran una necesidad de su naturaleza, sino por escogimiento libre de Jesucristo por causa de nosotros, participó voluntariamente de la debilidad humana y en todas las cosas fue tentado y probado ▄ hecho un poco menor que los ángeles, a Jesús, coronado de gloria y de honra, a causa del padecimiento de la muerte, para que por la gracia de Dios gustase la muerte por todos (Heb.2:9), ▄ Porque convenía a aquel por cuya causa son todas las cosas, y por quien todas las cosas subsisten, que habiendo de llevar muchos hijos a la gloria, perfeccionase por aflicciones al autor de la salvación de ellos (Heb.2:10).