lunes, 20 de septiembre de 2010

RAZONES PARA EL ESTUDIO DE LOS FUNDAMENTOS DOCTRINALES DE NUESTRA FE.

Todo libro humano es finito en contenido. Puede ser leído, estudiado, aprendido de memoria, hasta que un día llega a ser dominado y no se le necesita más. Pero la Escritura es la Palabra de Dios y cuanto más la sondeamos más se ensanchan sus dimensiones divinas y se imponen ellas mismas.
Hans Urs

PRIMERA RAZÓN: El contenido de nuestras creencias y su consecuente práctica perfilan nuestra condición moral ante el mundo.

A medida que perseveremos en el estudio constante de la Palabra de Dios se van a consolidar y fortalecer nuestras convicciones y prácticas, que no solo determinan nuestro destino a la eternidad, sino que también nos hacen responsables por el destino de los que nos rodean. Las convicciones y experiencias del seguidor de Cristo perfilan su condición moral en todas las áreas de su existencia, dichas creencias y practicas se auto-proyectan y a la vez se retro-alimentan en sus relaciones e influencias dadas en el entorno social que le toque vivir y predicar el evangelio. Este principio, que es básico en la directriz pastoral del predicador fue el que motivó las siguientes palabras del apóstol Pablo a Timoteo: “Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad” (II Tim.2:15)

SEGUNDA RAZÓN. Estamos destinados a ser portavoces de la Palabra de Dios en la realidad concreta de este mundo.

Nuestra misión es predicar a Cristo e instruir al pueblo de Dios, consecuentemente nuestras palabras deben ser las del Maestro de esta manera queda garantizada la integridad de la doctrina y la autenticidad de nuestro testimonio que constituirán nuestras credenciales ante el mundo. “Ocúpate en estas cosas, permanece en ellas, para que tu aprovechamiento sea manifiesto a todos. Ten cuidado de tí mismo y de la doctrina, persiste en ello, pues haciendo esto, te salvarás a tí mismo y a los que te oyeren” (I Tim.4:15-16). La enseñanza de Pablo es bien clara: le aconseja a Timoteo, que primero conserve y legitime su identidad como cristiano para que pueda salvarse y a la vez salvar al mundo, la salvación depende de la responsabilidad individual pero es imposible ignorar que posee también una dinámica colectiva a partir del anuncio de las Buenas Nuevas de salvación. La doctrina y la práctica religiosa del cristianismo deben estar despojadas de la autosuficiencia esotérica. El auténtico cristiano en ningún momento vive su fe de espaldas a la sociedad humana “Yo les he dado tu palabra; y el mundo los aborreció, porque no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. No ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del mal” (Jn.17:14-15). Cada cristiano se constituye en “sal de la tierra”, porque la simiente que es la Palabra de Dios, debe ser proclamada con cada gesto y palabra, con cada acto de nuestras vidas cotidianas en este mundo perdido y sin esperanzas hasta el regreso de nuestro Redentor.

TERCERA RAZÓN. No basta con nuestra sinceridad, ni podemos confiarnos de nuestra limitada percepción de la realidad. A pesar de poseer una conciencia que nos permite sentir e interpretar la realidad no siempre comprendemos o sabemos, nuestro sistema cognoscitivo es imperfecto porque nuestro corazón está enfermo, nuestro entendimiento es limitado por el pecado, esta limitación puede ser vencida solamente por una autentica conversión y seguimiento de Cristo, educando nuestra conciencia en los valores y las enseñanzas bíblicas, sin añadir u omitir de la Escritura.

Al ser nuestra mente imperfecta y no percibir la realidad correctamente, es necesario perseverar sin desmayo en el estudio de la Biblia para contrarrestar nuestras certezas puramente humanas al querer apropiarnos de la verdad de espaldas a la voluntad de Dios. Es muy frecuente encontrar personas que le conceden más importancia a la sinceridad de sus creencias que al contenido de las mismas. Obviamente ser sincero es una cualidad necesaria ante cualquier sistema de pensamiento y un atributo encomiable en cada persona. Pero La Biblia nos enseña que nuestro sistema sensorial jamás debe desplazar el conocimiento de la verdad que solo está en Cristo Jesús, porque “Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso, ¿quién lo conocerá?” (Jer.17:9).

No importa el grado de convicción si depositamos nuestra fe en una falsedad, en una idea o practica que no esté correctamente fundamentada en la Biblia, las convicciones sin el fundamento del juicio divino siempre ha traído inevitablemente resultados terribles a través de la historia del cristianismo y de la humanidad: la apostasía, la división de la iglesia del Señor, la ejecución de los herejes, la inquisición, las cruzadas, las actuales guerras religiosas, la manipulación de la fe para el enriquecimiento personal, etc.

“Pero esto, hermanos, lo he presentado como ejemplo en mi y en Apolos por amor de vosotros, para que en nosotros aprendáis a no pensar mas de lo que está escrito, no sea que por causa de uno, os envanezcáis unos contra otros. (I Co.4:6). Para ser un verdadero cristiano no basta con querer a Dios de corazón. El significado bíblico de corazón determina el alma, el espíritu y la mente humana. El corazón es un concepto figurativo para describir el centro de nuestros pensamientos, de nuestra percepción, de nuestras emociones. El corazón es un lugar especial donde se encuentran interactuando los atributos de nuestra personalidad, este es un regalo de Dios que sitúa al ser humano por encima del resto de los seres vivientes. Poseemos la singular capacidad de pensar y sentir, lo que nos ubica como corona de toda la creación. Con los sentidos percibimos determinada realidad e inmediatamente nuestra mente, el cerebro, se encarga de integrar la información sensorial en todo un sistema de clasificación de objetos y cualidades que son a su vez traducidos en símbolos o representaciones que constituyen nuestra visión del mundo, pero no podemos confiar en nuestros sentidos porque la mayoría de las veces en nuestras decisiones y juicios dejamos fuera a Dios y su voluntad.

CUARTA RAZÓN. Dios en su inmenso amor se ha revelado al hombre mediante Jesucristo y dicha revelación solo es posible por el Espíritu de Dios.

Es posible y necesario para el hombre acceder al entendimiento de la Escritura y asimilar las verdades divinas, sobre todo en aquellos pasajes en los cuales Dios ha querido indicarnos claramente el camino a la salvación eterna. Igualmente hay un deseo humano natural de conocer a Dios y la razón nos ayuda en el camino hacia el encuentro con nuestro Creador. Algunos creyentes, líderes y movimientos religiosos pretenden justificar la ausencia de un estudio sistemático de la Biblia basándose en la cita de II P.3:15-16 donde el apóstol expresa “casi en todas sus epístolas, hablando en ellas de estas cosas, entre las cuales hay algunas difíciles de entender, las cuales los indoctos e inconstantes tuercen, como también las otras Escrituras, para su propia perdición”. Una lectura honesta de este versículo indica que no toda la Escritura es oscura e impenetrable para el creyente, sino que hay “algunas porciones difíciles” de las cuales solo los “indoctos e inconstantes” se aprovechan para adulterar su significado original ya sea por ignorancia o en provecho propio, o motivados por ambas cosas.

El mismo Pablo cuestiona en I Co.2:16, “¿porque quien conoció la mente del Señor?, ¿quien le instruirá? Mas nosotros tenemos la mente de Cristo”, es ciertamente una pregunta provocativa o retórica. Obviamente es imposible conocer la mente divina por nuestros propios medios, ya que solo Dios la ha revelado por medio del Espíritu Santo, los pensamientos de Dios han sido expuestos al alcance del hombre en la Escritura por medio de Jesucristo y sus enseñanzas (la mente de Cristo), las cuales fueron predicadas y escritas por sus apóstoles como legado imperecedero a su iglesia en el Nuevo Testamento. Dios eligió el medio más eficiente de transmitirnos una representación de su mente: la Biblia, garantizada su inerrancia por la agencia del Espíritu Santo. “Así tampoco nadie conoció las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios” (I Co.2:11). Según la Escritura cuando Dios Padre envió a su Verbo, igualmente envía su Espíritu. Cristo se manifiesta como la imagen visible de Dios invisible, pero es el ministerio del Espíritu Santo quien lo revela, aunque el Espíritu nunca se revela a sí mismo.

LA EXISTENCIA Y NATURALEZA DE DIOS

LA EXISTENCIA Y NATURALEZA DE DIOS


Solamente le basta al hombre observar a su alrededor la magnificencia de los cielos, la belleza de la tierra y la increíble variedad e inteligencia en el diseño de la naturaleza para llegar a la conclusión de que todas estas cosas no surgieron de la nada. El universo tiene un Creador. Aún desde la antigüedad todas las naciones han creído, desde sus particulares cosmovisiones, lo que el salmista declaró “Los cielos cuentan la gloria de Dios, Y el firmamento anuncia la obra de sus manos” (Sal-19:1).

En cada época de la humanidad la creencia en Dios ha venido a ser el fundamento sobre el que se basa toda religión. Desde los tiempos de la antigua Grecia hasta civilizaciones como los aztecas, mayas y los incas del Perú, los hombres han erigido altares y efectuado sacrificios rindiendo homenaje de forma natural a la Deidad que ha creado y sustenta el universo que conocemos: Desconocido, Invisible, Sin forma, la Causa de las causas. ¿Cómo explicar esta creencia universal? ¿Qué podemos saber con respecto a la Divinidad? Solamente Dios puede revelarse al hombre, ya sea por medio de la naturaleza (Sal.19:1), en la constitución del hombre ; y a través de una revelación culminante y perfecta: el Verbo encarnado , nuestro Señor Jesucristo y su Palabra escrita: la Biblia, inspirada por el Espíritu Santo que glorifica a Cristo.

LA IDEA DE DIOS ES INTUITIVA.

El ser humano es un individuo religioso por naturaleza. El hombre es convidado al dialogo con su Creador desde su mismo nacimiento, ya que el debe su existencia al amor divino y por este mismo es sustentada y preservada su vida y no llega a la plenitud de su existencia hasta que reconoce libre y conscientemente a su Creador y se entrega a El por medio de su Hijo unigénito. “…y les ha prefijado el orden de los tiempos, y los límites de su habitación; para que busquen a Dios, si en alguna manera, palpando, puedan hallarle, aunque ciertamente no está lejos de cada uno de nosotros. Porque en él vivimos, y nos movemos, y somos (Hch.17:26-28). En estos textos encontramos que hay tres factores importantes en el conocimiento de Dios:
1) La razón intuitiva, o la facultad de comprensión inmediata en el hombre que lo capacita para conocer a Dios

2) La revelación natural, o presentación de la verdad a la razón intuitiva que es la ley natural de Dios en todos los seres humanos como luz que alumbra a todo hombre en este mundo Porque cuando los gentiles que no tienen ley, hacen por naturaleza lo que es de la ley, éstos, aunque no tengan ley, son ley para sí mismos, mostrando la obra de la ley escrita en sus corazones, dando testimonio su conciencia, y acusándoles o defendiéndoles sus razonamientos, en el día en que Dios juzgará por Jesucristo los secretos de los hombres, conforme a mi evangelio (Ro.2:14-16).

3) Y la unión de los dos factores antes mencionados en la idea de un Dios universal.

EL TESTIMONIO DE LAS ESCRITURAS.

Es de gran significado que la Revelación Escrita comience con las Palabras: “En el principio creó Dios”. Su existencia se asume sin hacer ningún intento de probarla. Las Escrituras aseguran que hay en la naturaleza humana una consciencia de un Ser Supremo y en consecuencia apela a la ley divina escrita en sus corazones. La Palabra declara que “es en Dios en El que vivimos y nos movemos y que formamos parte de su linaje” (Hch.17:27-28). La revelación es tan intuitiva y natural en el ser humano que el apóstol Pablo declara que la humanidad se encuentra sin excusa delante de Dios Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa. “Pues habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón fue entenebrecido (Ro 1.20-21).

El único ateísmo reconocido por la Escritura es el ateísmo práctico generado desde una mente réproba y una voluntad terca “Dice el necio en su corazón: No hay Dios. Se han corrompido, hacen obras abominables” (Sal 14.1). El ateo es aquel insensato que ha dicho en su corazón: ¡para mí no hay Dios!, o más específicamente: ¡yo no creo en el Dios de la Biblia! “Y como ellos no aprobaron tener en cuenta a Dios, Dios los entregó a una mente reprobada, para hacer cosas que no convienen” (Ro 1.28).

La existencia de Dios es una verdad natural/intuitiva (Ro.2:14-15) y es revelada por medio de las Escrituras. Es imposible querer ignorar el hecho de que algunas verdades son intuitivas en parte y en parte se adquieren por medio de vivencias o por pura lógica. Tal es el caso de la existencia de Dios y los argumentos que lo confirman. Por tanto la existencia de lo divino es un dato inmediato en la conciencia moral y religiosa del hombre (Heb.10:2), incluso como ya hemos visto la Biblia por sí misma no argumenta sobre si existe o no Dios, ella es un producto de la mente de Dios, por tanto Dios es una Verdad que puede y debe ser demostrado con la razón (I P.3:15, II Tim.2:15).

La filosofía. Las pruebas que aporta la filosofía como ciencia no forman parte de la doctrina bíblica, pero no se deben desechar a un o soslayarse de forma absoluta. La filosofía es muy maltratada por la mayoría de los maestros en las congregaciones. Alfonso Ropero en su libro Filosofía y cristianismo declara al respecto:
La filosofía no nace en competencia con la revelación, sino paralela a ella y coincidente en muchos puntos como se observa en un estudio comparado del desarrollo del pensamiento hebreo y griego

Esta actitud no es totalmente injustificada pues en muchas ocasiones la teología se ha convertido en un instrumento de la filosofía contribuyendo de manera decisiva en la apostasía y el error hermenéutico. Por otra parte muchos predicadores y maestros justifican su fobia hacia la filosofía basados en las palabras del apóstol Pablo en su epístola a los colosenses en una lectura descontextualizada “Mirad que nadie os engañe por medio de filosofías y huecas sutilezas, según las tradiciones de los hombres, conforme a los rudimentos del mundo, y no según Cristo” (Col 2.8)

EL CONTEXTO. La iglesia en Colosas enfrentaba varias crisis doctrinales bajo la influencia de maestros judaizantes, pero significativamente se veía afectada por los elementos de ocultismos de las religiones locales, sobre todo de aquellos elementos gnósticos en los siglos II y III. En este texto Pablo está alertando sobre el engaño por medio de vanas “filosofías y huecas sutilezas”, la palabra “filosofía” que emplea Pablo, tiene en este contexto la connotación o sentido de religión, ya que en la cultura y las formas religiosas existentes en la antigua Grecia expresaban sus creencias como filosofías. Sobre todo teniendo en cuenta que la región de Colosas estaba fuertemente influenciada por el movimiento filosófico de la época y era tan fuerte la interacción entre filosofía y las creencias religiosas que el mundo griego concebía cualquier sistema filosófico como un culto de misterio, o filosofía ocultista.

Tanto la teología como la filosofía deben mantener su autonomía, porque la filosofía se fundamente en la razón mientras que la teología cristiana se fundamenta en la fe, lo cual no impide que ambas disciplinas puedan interactuar. Muchas veces en la Biblia se utilizaron categorías filosóficas, como por ejemplo el Logos, en gr. λόγος significa: palabra, razón, causa, motivo, es un concepto tomado de la filosofía helenística, mas específicamente de la filosofía platónica. Este término es utilizado por los traductores de la Septuaginta referirse a la Palabra creadora de Dios: Jesucristo y en este sentido es asumida por la doctrina bíblica. Es la teología quien enriquece a la filosofía en referencia a aspectos de la existencia humana como lo son la pérdida del sentido último de la vida y de valores humanos, lo cual genera la desesperanza, el mal y el dolor, producto de los avances de una sociedad que pone toda su confianza en los avances tecnológicos. A continuación examinaremos tres aspectos que inciden en la necesidad de una argumentación sobre la existencia de Dios:

1.La frecuente declaración por parte de algunos predicadores y maestros de que la existencia de Dios no necesita en absoluto de argumentos es en muchas ocasiones mal interpretada y tiende a afirmar actitudes de incredulidad y escepticismo, tanto en los creyentes como en los no creyentes y esto puede afectar en parte la predicación del evangelio.

2.La Palabra de Dios nos enseña que la incredulidad pueda ser identificada claramente como insensatez y pecado.

3.Porque indudablemente hay categorías que aporta una filosofía que son coherentes con la intuición y el sentido común del que nos habla la Biblia como el camino por el cual nuestro intelecto transita en el razonamiento de la Revelación de Dios en Jesucristo.

jueves, 12 de agosto de 2010

RAZONES PARA EL ESTUDIO DE LOS FUNDAMENTOS DOCTRINALES DE NUESTRA FE.

Todo libro humano es finito en contenido. Puede ser leído, estudiado, aprendido de memoria, hasta que un día llega a ser dominado y no se le necesita más. Pero la Escritura es la Palabra de Dios y cuanto más la sondeamos más se ensanchan sus dimensiones divinas y se imponen ellas mismas.
Hans Urs

PRIMERA RAZÓN: El contenido de nuestras creencias y su consecuente práctica perfilan nuestra condición moral ante el mundo.

A medida que perseveremos en el estudio constante de la Palabra de Dios se van a consolidar y fortalecer nuestras convicciones y prácticas, que no solo determinan nuestro destino a la eternidad, sino que también nos hacen responsables por el destino de los que nos rodean. Las convicciones y experiencias del seguidor de Cristo perfilan su condición moral en todas las áreas de su existencia, dichas creencias y practicas se auto-proyectan y a la vez se retro-alimentan en sus relaciones e influencias dadas en el entorno social que le toque vivir y predicar el evangelio. Este principio, que es básico en la directriz pastoral del predicador fue el que motivó las siguientes palabras del apóstol Pablo a Timoteo: “Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad” (II Tim.2:15)

SEGUNDA RAZÓN. Estamos destinados a ser portavoces de la Palabra de Dios en la realidad concreta de este mundo.

Nuestra misión es predicar a Cristo e instruir al pueblo de Dios, consecuentemente nuestras palabras deben ser las del Maestro de esta manera queda garantizada la integridad de la doctrina y la autenticidad de nuestro testimonio que constituirán nuestras credenciales ante el mundo. “Ocúpate en estas cosas, permanece en ellas, para que tu aprovechamiento sea manifiesto a todos. Ten cuidado de tí mismo y de la doctrina, persiste en ello, pues haciendo esto, te salvarás a tí mismo y a los que te oyeren” (I Tim.4:15-16). La enseñanza de Pablo es bien clara: le aconseja a Timoteo, que primero conserve y legitime su identidad como cristiano para que pueda salvarse y a la vez salvar al mundo, la salvación depende de la responsabilidad individual pero es imposible ignorar que posee también una dinámica colectiva a partir del anuncio de las Buenas Nuevas de salvación. La doctrina y la práctica religiosa del cristianismo deben estar despojadas de la autosuficiencia esotérica. El auténtico cristiano en ningún momento vive su fe de espaldas a la sociedad humana “Yo les he dado tu palabra; y el mundo los aborreció, porque no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. No ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del mal” (Jn.17:14-15). Cada cristiano se constituye en “sal de la tierra”, porque la simiente que es la Palabra de Dios, debe ser proclamada con cada gesto y palabra, con cada acto de nuestras vidas cotidianas en este mundo perdido y sin esperanzas hasta el regreso de nuestro Redentor.

TERCERA RAZÓN. No basta con nuestra sinceridad, ni podemos confiarnos de nuestra limitada percepción de la realidad. A pesar de poseer una conciencia que nos permite sentir e interpretar la realidad no siempre comprendemos o sabemos, nuestro sistema cognoscitivo es imperfecto porque nuestro corazón está enfermo, nuestro entendimiento es limitado por el pecado, esta limitación puede ser vencida solamente por una autentica conversión y seguimiento de Cristo, educando nuestra conciencia en los valores y las enseñanzas bíblicas, sin añadir u omitir de la Escritura.

Al ser nuestra mente imperfecta y no percibir la realidad correctamente, es necesario perseverar sin desmayo en el estudio de la Biblia para contrarrestar nuestras certezas puramente humanas al querer apropiarnos de la verdad de espaldas a la voluntad de Dios. Es muy frecuente encontrar personas que le conceden más importancia a la sinceridad de sus creencias que al contenido de las mismas. Obviamente ser sincero es una cualidad necesaria ante cualquier sistema de pensamiento y un atributo encomiable en cada persona. Pero La Biblia nos enseña que nuestro sistema sensorial jamás debe desplazar el conocimiento de la verdad que solo está en Cristo Jesús, porque “Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso, ¿quién lo conocerá?” (Jer.17:9).

No importa el grado de convicción si depositamos nuestra fe en una falsedad, en una idea o practica que no esté correctamente fundamentada en la Biblia, las convicciones sin el fundamento del juicio divino siempre ha traído inevitablemente resultados terribles a través de la historia del cristianismo y de la humanidad: la apostasía, la división de la iglesia del Señor, la ejecución de los herejes, la inquisición, las cruzadas, las actuales guerras religiosas, la manipulación de la fe para el enriquecimiento personal, etc.

“Pero esto, hermanos, lo he presentado como ejemplo en mi y en Apolos por amor de vosotros, para que en nosotros aprendáis a no pensar mas de lo que está escrito, no sea que por causa de uno, os envanezcáis unos contra otros. (I Co.4:6). Para ser un verdadero cristiano no basta con querer a Dios de corazón. El significado bíblico de corazón determina el alma, el espíritu y la mente humana. El corazón es un concepto figurativo para describir el centro de nuestros pensamientos, de nuestra percepción, de nuestras emociones. El corazón es un lugar especial donde se encuentran interactuando los atributos de nuestra personalidad, este es un regalo de Dios que sitúa al ser humano por encima del resto de los seres vivientes. Poseemos la singular capacidad de pensar y sentir, lo que nos ubica como corona de toda la creación. Con los sentidos percibimos determinada realidad e inmediatamente nuestra mente, el cerebro, se encarga de integrar la información sensorial en todo un sistema de clasificación de objetos y cualidades que son a su vez traducidos en símbolos o representaciones que constituyen nuestra visión del mundo, pero no podemos confiar en nuestros sentidos porque la mayoría de las veces en nuestras decisiones y juicios dejamos fuera a Dios y su voluntad.

CUARTA RAZÓN. Dios en su inmenso amor se ha revelado al hombre mediante Jesucristo y dicha revelación solo es posible por el Espíritu de Dios.

Es posible y necesario para el hombre acceder al entendimiento de la Escritura y asimilar las verdades divinas, sobre todo en aquellos pasajes en los cuales Dios ha querido indicarnos claramente el camino a la salvación eterna. Igualmente hay un deseo humano natural de conocer a Dios y la razón nos ayuda en el camino hacia el encuentro con nuestro Creador. Algunos creyentes, líderes y movimientos religiosos pretenden justificar la ausencia de un estudio sistemático de la Biblia basándose en la cita de II P.3:15-16 donde el apóstol expresa “casi en todas sus epístolas, hablando en ellas de estas cosas, entre las cuales hay algunas difíciles de entender, las cuales los indoctos e inconstantes tuercen, como también las otras Escrituras, para su propia perdición”. Una lectura honesta de este versículo indica que no toda la Escritura es oscura e impenetrable para el creyente, sino que hay “algunas porciones difíciles” de las cuales solo los “indoctos e inconstantes” se aprovechan para adulterar su significado original ya sea por ignorancia o en provecho propio, o motivados por ambas cosas.

El mismo Pablo cuestiona en I Co.2:16, “¿porque quien conoció la mente del Señor?, ¿quien le instruirá? Mas nosotros tenemos la mente de Cristo”, es ciertamente una pregunta provocativa o retórica. Obviamente es imposible conocer la mente divina por nuestros propios medios, ya que solo Dios la ha revelado por medio del Espíritu Santo, los pensamientos de Dios han sido expuestos al alcance del hombre en la Escritura por medio de Jesucristo y sus enseñanzas (la mente de Cristo), las cuales fueron predicadas y escritas por sus apóstoles como legado imperecedero a su iglesia en el Nuevo Testamento. Dios eligió el medio más eficiente de transmitirnos una representación de su mente: la Biblia, garantizada su inerrancia por la agencia del Espíritu Santo. “Así tampoco nadie conoció las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios” (I Co.2:11). Según la Escritura cuando Dios Padre envió a su Verbo, igualmente envía su Espíritu. Cristo se manifiesta como la imagen visible de Dios invisible, pero es el ministerio del Espíritu Santo quien lo revela, aunque el Espíritu nunca se revela a sí mismo.

LA EXISTENCIA Y NATURALEZA DE DIOS

Solamente le basta al hombre observar a su alrededor la magnificencia de los cielos, la belleza de la tierra y la increíble variedad e inteligencia en el diseño de la naturaleza para llegar a la conclusión de que todas estas cosas no surgieron de la nada. El universo tiene un Creador. Aún desde la antigüedad todas las naciones han creído, desde sus particulares cosmovisiones, lo que el salmista declaró ▄ “Los cielos cuentan la gloria de Dios, Y el firmamento anuncia la obra de sus manos” (Sal-19:1).


En cada época de la humanidad la creencia en Dios ha venido a ser el fundamento sobre el que se basa toda religión. Desde los tiempos de la antigua Grecia hasta civilizaciones como los aztecas, mayas y los incas del Perú, los hombres han erigido altares y efectuado sacrificios rindiendo homenaje de forma natural a la Deidad que ha creado y sustenta el universo que conocemos: Desconocido, Invisible, Sin forma, la Causa de las causas. ¿Cómo explicar esta creencia universal? ¿Qué podemos saber con respecto a la Divinidad? Solamente Dios puede revelarse al hombre, ya sea por medio de la naturaleza (Sal.19:1), en la constitución del hombre1; y a través de una revelación culminante y perfecta: el Verbo encarnado2, nuestro Señor Jesucristo y su Palabra escrita: la Biblia, inspirada por el Espíritu Santo que glorifica a Cristo.


LA IDEA DE DIOS ES INTUITIVA.


El ser humano es un individuo religioso por naturaleza. El hombre es convidado al dialogo con su Creador desde su mismo nacimiento, ya que el debe su existencia al amor divino y por este mismo es sustentada y preservada su vida y no llega a la plenitud de su existencia hasta que reconoce libre y conscientemente a su Creador y se entrega a El por medio de su Hijo unigénito. “…y les ha prefijado el orden de los tiempos, y los límites de su habitación; para que busquen a Dios, si en alguna manera, palpando, puedan hallarle, aunque ciertamente no está lejos de cada uno de nosotros. Porque en él vivimos, y nos movemos, y somos (Hch.17:26-28). En estos textos encontramos que hay tres factores importantes en el conocimiento de Dios:

1 Gn.1:26-27, 9:6; Ro.8:29; I Co.11:7; Col.3:10

2 Jn.1:1 y 14; I Jn.1:1, 5:7; Ap.19:13


1) La razón intuitiva, o la facultad de comprensión inmediata en el hombre que lo capacita para conocer a Dios


2) La revelación natural, o presentación de la verdad a la razón intuitiva que es la ley natural de Dios en todos los seres humanos como luz que alumbra a todo hombre en este mundo ▄ Porque cuando los gentiles que no tienen ley, hacen por naturaleza lo que es de la ley, éstos, aunque no tengan ley, son ley para sí mismos, mostrando la obra de la ley escrita en sus corazones, dando testimonio su conciencia, y acusándoles o defendiéndoles sus razonamientos, en el día en que Dios juzgará por Jesucristo los secretos de los hombres, conforme a mi evangelio (Ro.2:14-16).


3) Y la unión de los dos factores antes mencionados en la idea de un Dios universal.


EL TESTIMONIO DE LAS ESCRITURAS.


Es de gran significado que la Revelación Escrita comience con las Palabras: “En el principio creó Dios”. Su existencia se asume sin hacer ningún intento de probarla. Las Escrituras aseguran que hay en la naturaleza humana una consciencia de un Ser Supremo y en consecuencia apela a la ley divina escrita en sus corazones. La Palabra declara que ▄ “es en Dios en El que vivimos y nos movemos y que formamos parte de su linaje” (Hch.17:27-28). La revelación es tan intuitiva y natural en el ser humano que el apóstol Pablo declara que la humanidad se encuentra sin excusa delante de Dios Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa. ▄ “Pues habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón fue entenebrecido (Ro 1.20-21).


El único ateísmo reconocido por la Escritura es el ateísmo práctico generado desde una mente réproba y una voluntad terca ▄ “Dice el necio en su corazón: No hay Dios. Se han corrompido, hacen obras abominables” (Sal 14.1). El ateo es aquel insensato que ha dicho en su corazón: ¡para mí no hay Dios!, o más específicamente: ¡yo no creo en el Dios de la Biblia! ▄ “Y como ellos no aprobaron tener en cuenta a Dios, Dios los entregó a una mente reprobada, para hacer cosas que no convienen” (Ro 1.28).


La existencia de Dios es una verdad natural/intuitiva (Ro.2:14-15) y es revelada por medio de las Escrituras. Es imposible querer ignorar el hecho de que algunas verdades son intuitivas en parte y en parte se adquieren por medio de vivencias o por pura lógica. Tal es el caso de la existencia de Dios y los argumentos que lo confirman. Por tanto la existencia de lo divino es un dato inmediato en la conciencia moral y religiosa del hombre (Heb.10:2), incluso como ya hemos visto la Biblia por sí misma no argumenta sobre si existe o no Dios, ella es un producto de la mente de Dios, por tanto Dios es una Verdad que puede y debe ser demostrado con la razón (I P.3:15, II Tim.2:15).


La filosofía. Las pruebas que aporta la filosofía como ciencia no forman parte de la doctrina bíblica, pero no se deben desechar a un o soslayarse de forma absoluta. La filosofía es muy maltratada por la mayoría de los maestros en las congregaciones. Alfonso Ropero en su libro Filosofía y cristianismo declara al respecto:

La filosofía no nace en competencia con la revelación, sino paralela a ella y coincidente en muchos puntos como se observa en un estudio comparado del desarrollo del pensamiento hebreo y griego3


Esta actitud no es totalmente injustificada pues en muchas ocasiones la teología se ha convertido en un instrumento de la filosofía contribuyendo de manera decisiva en la apostasía y el error hermenéutico. Por otra parte muchos predicadores y maestros justifican su fobia hacia la filosofía basados en las palabras del apóstol Pablo en su epístola a los colosenses4 en una lectura descontextualizada ▄ “Mirad que nadie os engañe por medio de filosofías y huecas sutilezas, según las tradiciones de los hombres, conforme a los rudimentos del mundo, y no según Cristo” (Col 2.8)


EL CONTEXTO. La iglesia en Colosas enfrentaba varias crisis doctrinales bajo la influencia de maestros judaizantes, pero significativamente se veía afectada por los elementos de ocultismos de las religiones locales, sobre todo de aquellos elementos gnósticos en los siglos II y III. En este texto Pablo está alertando sobre el engaño por medio de vanas “filosofías y huecas sutilezas”, la palabra “filosofía” que emplea Pablo, tiene en este contexto la connotación o sentido de religión, ya que en la cultura y las formas religiosas existentes en la antigua Grecia expresaban sus creencias como filosofías. Sobre todo teniendo en cuenta que la región de Colosas estaba

3 Alfonso Ropero, Filosofía y cristianismo, pág. 83


fuertemente influenciada por el movimiento filosófico de la época y era tan fuerte la interacción entre filosofía y las creencias religiosas que el mundo griego concebía cualquier sistema filosófico como un culto de misterio, o filosofía ocultista.


Tanto la teología como la filosofía deben mantener su autonomía, porque la filosofía se fundamente en la razón mientras que la teología cristiana se fundamenta en la fe, lo cual no impide que ambas disciplinas puedan interactuar. Muchas veces en la Biblia se utilizaron categorías filosóficas, como por ejemplo el Logos, en gr. λόγος significa: palabra, razón, causa, motivo, es un concepto tomado de la filosofía helenística, mas específicamente de la filosofía platónica. Este término es utilizado por los traductores de la Septuaginta referirse a la Palabra creadora de Dios: Jesucristo y en este sentido es asumida por la doctrina bíblica. Es la teología quien enriquece a la filosofía en referencia a aspectos de la existencia humana como lo son la pérdida del sentido último de la vida y de valores humanos, lo cual genera la desesperanza, el mal y el dolor, producto de los avances de una sociedad que pone toda su confianza en los avances tecnológicos. A continuación examinaremos tres aspectos que inciden en la necesidad de una argumentación sobre la existencia de Dios:


1. La frecuente declaración por parte de algunos predicadores y maestros de que la existencia de Dios no necesita en absoluto de argumentos es en muchas ocasiones mal interpretada y tiende a afirmar actitudes de incredulidad y escepticismo, tanto en los creyentes como en los no creyentes y esto puede afectar en parte la predicación del evangelio.


2. La Palabra de Dios nos enseña que la incredulidad pueda ser identificada claramente como insensatez y pecado.


3. Porque indudablemente hay categorías que aporta una filosofía que son coherentes con la intuición y el sentido común del que nos habla la Biblia como el camino por el cual nuestro intelecto transita en el razonamiento de la Revelación de Dios en Jesucristo.

sábado, 5 de junio de 2010

Epístola a los Filipenses

Cuales parecen ser los propósitos principales del autor al escribir esta carta.

1- Exhortarlos a mantener la unanimidad y la firmeza en defender la fe, lo que se infiere que la penetración de falsas enseñanzas haya colocado a la iglesia al borde de divisiones por parte de algunos que intimidando se “oponen” al verdadero evangelio y principios básicos de la fe cristiana enseñados por el apóstol, y pueden llevarlos a la “perdición” (1:28-30)

2- Alertar a los filipenses contra errores que se van propagando en la iglesia por los que califica como “malos obreros”, en este caso judaizantes que enseñan que los gentiles deben practicar el rito de la circuncisión para pretender un “perfeccionismo”. Rectitud y perfeccionamiento cristiano no dependen de la ley, sino de la fe y obediencia en Cristo, porque somos justificados por la fe y por los requisitos de Dios, no por esfuerzos personales (3:2-6)

3- Confirmar que ha recibido el donativo de la iglesia en Filipos mediante Epafrodito y agradecerles por su incondicional ayuda. (2:5; 4:10).

4- Animarlos a que sigan el camino de perfección cristiana que Dios comenzó en ellos y que solo acabará el “día de Jesucristo”, este camino de perfección lleva implícito el crecimiento en la fe y la mediación de la obra del Espíritu Santo y la madurez de su fruto: el “amor”, la “comunión en el evangelio” y las consiguientes obras de justicia por medio de Jesucristo. (1:3-11)

5- Enseñarles que la justicia no es por la ley y que el cristiano solo es justificado por la fe de Cristo, es la única justicia verdadera, dada al cristiano como un don de Dios, no se basa en nuestros propios meritos o esfuerzos, la justicia en Cristo es por la gracia de Dios. (3:9)

6- Enseñarles que la “unidad/unanimidad” en el amor es el único factor que propicia un sano crecimiento espiritual en la iglesia, sentir y pensar como comunidad destierra todo deseo de “vanaglorias” y “contiendas” siendo un elemento decisivo la “humildad” de corazón, y esto para Pablo es lo único que puede completar su gozo. (2:1-4)

7- Exponerles a los filipenses paso a paso el ejemplo de humillación y exaltación de Jesucristo que debe imitar la iglesia para lograr que la comunidad obtenga la victoria hasta el final por medio de la abnegación y el seguimiento a Cristo, dejando a un lado la rivalidad, el orgullo y la soberbia en el servicio a obra del Señor. (2:5-11)

8- El gozo: es un tema que Pablo repite una y otra vez en esta epístola y hace énfasis en su mensaje a los filipenses “regocijaos”. Es un interés constante mostrarles que él se goza aun en las duras condiciones de la prisión. Se goza cuando todo marcha bien y adelante en la obra del Señor, se regocija en el gozo de sus hermanos y en su perfeccionamiento y completamiento en el seguimiento a Cristo, en su fidelidad, en el amor y la comunión y recomienda que se concentren en pensar “todo lo que es de buen nombre”. (1:5; 3:1; 4:1–9; 4:4)

9- Argumenta a los filipenses que la muerte ya no es una pena o castigo para el cristiano, es sobre todas las cosas una bendición porque por ella se pasa a estar en la eterna presencia de Jesucristo y de Dios Padre. (1:23)

Palabras o frases claves que aparecen tres veces o más en la carta.

● “en el Señor/en Cristo” (1:1; 1:13; 2:1; 2:5; 2:24; 2:29; 3:1; 4:1; 4:2; 4:4; 4:10; 4:13; 4:19; 4:21)

● “perfección/perfecto/perfeccionará” (1:6; 3:12; 3:15)

● “gozo/gozaos/gocéis/gozaré/regocijo/regocijaos” (1:4; 1:18; 1:25; 2:2; 2:17; 2:18; 2:28; 2:29; 3:1; 4:1; 4:4; 4:10)

● “justicia” (1:11; 3:6; 3:9)

● “ley” (3:5; 3:6; 3:9)

● “evangelio” (1:5; 1:7; 1:12; 1:17; 1:27; 2:22; 4:3; 4:15; )

● “fe” (1:25; 1:27; 2:17; 3:9; 2:17; 3:9)

● “gracia/acción de gracias” (1:2; 1:3; 4:6; 4:23)



● “oración” (1:4; 1:9; 1:19; 4:6)





BOSQUEJO



I. Introducción (1:1-26)



a) Acción de gracias (1:1-11)

b) Pablo desde Roma (1:12-26)

II. Exhortaciones (1:27-2:18)

a) A la firmeza y unidad de la iglesia (1:27-2:4)

b) Al seguimiento de Cristo (2:5-11)

c) Cuidar la salvación (2:12-18)

III. Planes y alertas (2:19-3:21)

a) Futuras visitas (2:19-30)

b) Alertas contra los malos obreros (3:1-21)

IV. Despedida

a) Exhortaciones (4:1-23)

b) El amor práctico de los filipenses a Pablo (4:10-23)

Epístola a los Efesios

Cuales parecen ser los propósitos principales del autor al escribir esta carta.

1-Exponer la argumentación de que salvación es por la gracia de Dios, mediante la fe en Jesucristo. (2:8-9)

2-Describir la iglesia, como Cuerpo de Cristo, según el plan divino antes de la fundación del mundo. (1:22-23)

3- Mostrar el designio de Dios Creador arraigado en el misterio de las tres personas divinas: Dios el Padre de gloria, nuestro Señor Jesucristo y el Espíritu Santo. (1:2; 4:30)

4- Afirmar que en Cristo Dios nos eligió, somos rescatados por su sangre, re-creados para buenas obras, sellados por su Espíritu. (1:4; 1:7; 1:13; 2:9)

5- Es intención del apóstol que los efesios comprendan cual es la esperanza de la vida cristiana la cual es sustentada por el Cristo resucitado y glorificado como primicia de todo lo presente en la vida cristiana y lo por venir. (1:17-20)

6- Citar categóricamente que de una vez y por todas ya no hay judíos ni gentiles, sino que todos los redimidos conforman la iglesia diseñada y cumplida en Cristo por Dios como templo espiritual, este es el “misterio” develado. (2:11-18)

7- Enseñar que Cristo es la Cabeza de la iglesia, es constituido por Dios como la única autoridad de la iglesia con poderes absolutos, en la tierra y en los cielos (1:22-23; 4:15)

8- Desafiar a cada cristiano ser coherentes con sus creencias en una nueva manera de vivir que de testimonio de lo sublime de su llamamiento (4:1-2; 4:17-32; 4:22; 5:1-20)

9- Exponer la necesidad de que se preserve la unidad del Espíritu. Todos en un mismo Espíritu, solo el permite que cada cristiano se realice en comunión con los demás en una misma esperanza. (4:3-6)

10- Argumentar que la unidad de la iglesia no implica uniformidad, el Espíritu concede a cada cual lo singular y necesario para servir al bien común: hay diversidad de dones y de ministerios, esta unidad en la diversidad del servicio contribuye a la correcta coordinación y el armónico crecimiento de todos los miembros del Cuerpo de Cristo. (4:7-12; 4:15-16)

11- Presentar elementos básicos de la doctrina de que en Cristo somos vivificados, re-creados, renacidos, regenerados para buenas obras y para formar parte de la gran familia de la fe que es su única iglesia. (2:1; 2:4-5; 2:10; 2:15-19; 4:24)

12- Demostrarle a los efesios que el amor de Cristo que supera todo entendimiento, no se llega a el por estudios, o disciplinas, sino que es dado gratuitamente por iniciativa de Dios. (3:14-21)

13- Exponer como el “hombre viejo” y el “hombre nuevo” son dos maneras opuestas de vivir y la necesidad de renovarse en el espíritu de su mente para vivir una vida santa. (4:17-32)

14- El hombre según Dios: las exigencias morales de una vida en Cristo (5:1-20)

15- Exponer una doctrina básica de santidad práctica donde incluye requerimientos de ética bíblica tanto para el matrimonio, las relaciones entre padres e hijos, entre siervos y sus amos. (5:21-33; 6:1-9)

16- Quiere demostrar que nuestra lucha es espiritual por tanto la “armadura de Dios” es nuestra fortaleza siempre sustentada en el poder de Dios (6:10-18)

17- El apóstol también tiene como propósito hacer una presentación bien precisa y sistemática a los efesios de la doctrina bíblica sobre el Espíritu Santo y menciona sus obras, características y naturaleza (1:13-14; 1:17-19; 3:16-21; 4:3-4; 5:18)

Palabras o frases claves que aparezcan tres veces o más en la carta

● “santos”. (1:1; 1:4; 1:15; 1:18; 2:19; 3:5; 3:8; 3:18; 5:3; 6:18)

● “Dios y Padre de Jesucristo”. (1:2; 1:3; 1:17; 3:14; 4:6; 6:23)

● “lugares celestiales”/ “regiones celestes”. (1:3; 1:20; 2:6; 3:10; 6:12)

● “en Cristo”/en él/en el Señor”. (1:1; 1:3; 1:4; 1:6; 1:10; 1:12; 1:13; 1:15; 1:20; 2:7; 2:10; 2:13; 2:21; 3:6; 3:11; 3:21; 4:17; 4:32; 5:8; 6:1)

● “alabanza de la gloria”. (1:6; 1:12; 1:14; 5:19)

● “gracia”. (1:7; 2:4; 2:7; 2:8; 3:2; 3:7; 3:8; 6:24)

● “sabiduría e inteligencia”/ “sabiduría y revelación”. (1:8; 1:17; 3:3)

● “misterio”. (1:9; 3:3; 3:4; 3:5; 3:9)

● “Espíritu”/“Espíritu Santo” (1:13; 2:22; 3:5; 3:16; 4:3; 4:4; 4:30; 5:18; 6:17; 6:18)

● “en los cielos”/ “en la tierra” (1:10; 3:10; 3:15; 6:9)

● “verdad” (1:13; 4:15; 4:24; 5:9; 6:14)

● “operación/operó/opera” (1:19; 1:20; 2:2; 3:7)

● “poder” (1:16; 1:19; 1:21; 3:7)

● “luz/tinieblas” (5:8; 5:11; 5:13; 6:12)

● “su, un, el cuerpo”/“cuerpo de Cristo” (1:23; 2:16; 3:6; 4:4; 4:12; 4:16; 5:23; 5:30)

● “edificados/edificio/edificación/edificándose” (2:20; 2:21; 2:22; 4:12; 4:16; 4:29)

● “paz” (1:2; 2:14; 2:15; 2:17; 4:3; 6:15)

● “principado/autoridad/potestades” (1:21; 3:10; 6:12)

● “todas las cosas/todo lo llena/llenarlo todo” (1:11; 1:22; 1:23; 4:10)

● “herencia” (1:11; 1:14, 1:18)

C. Haga su propio bosquejo de la carta (una página).

BOSQUEJO

I. Saludo 1:1-2

II. Revelación de Cristo en la iglesia. (1:3-23)

a. Redimidos por Cristo. (1:3-14)

b. Acción de gracias por la iglesia en Cristo. (1:15-23)

III. La nueva comunidad en Cristo (2:1-22)

a. Salvados por gracia y reconciliados con Dios (2:1-10, 2:11-22)

IV. El ministerio de Pablo. (3:1-21)

a. Evangelización de los gentiles. (3:2-13)

b. Fortalecimiento del hombre interior por el Espíritu, 3:14-19

c. Glorificando el poder de Dios. 3:20-21

V. La práctica de la santidad. (4:1-6:20)

a. La iglesia: cuerpo de Cristo, (4:1-5:5)

b. Preservando la unidad del Espíritu. (4:1-16)

c. El nuevo hombre en Cristo, novedad de vida (4:17-5:5)

VI. Andando como hijos de luz. (5:6-6:9)

a. Camino de verdad, justicia y bondad. (5:6-21)

b. Principios cristianos en el matrimonio, entre padres/hijos y amos/siervos. (5:22-6:9)

c. La armadura de poder para el día malo (6:10-20)

jueves, 20 de mayo de 2010

CRISTO COMO EL UNICO Y SUFICIENTE SALVADOR

CRISTO COMO EL UNICO Y SUFICIENTE SALVADOR (Hechos 4:12)

En primer lugar creo en lo que la Biblia nos dice sobre el bautismo: el acto del bautismo forma parte del evangelio de Cristo y así lo enseñamos, predicamos y practicamos en nuestra comunidad. El bautismo de infantes que practica el catolicismo cae por su propio peso al no tener fundamento bíblico, los niños recién nacidos no tienen pecado, ni conciencia de pecado.

Si algo he aprendido a lo largo de mi servicio es cuidarme de presentar una afirmación absoluta desde un solo versículo si no cuento primero con todos los pasajes análogos que confirman un asunto doctrinal y no aislarlo de su contexto. Estoy plenamente de acuerdo en la necesidad del bautismo como un paso establecido por la Biblia para alcanzar la salvación provista únicamente por Jesucristo, eso es una verdad bíblica incuestionable y todos los patrones de conversiones que encontramos en el Nuevo Testamento culminan con el acto del bautismo como mandamiento de Cristo y parte de la predicación del verdadero evangelio por los apóstoles y evangelistas.

En la Biblia solo se habla de un único y suficiente Salvador nuestro Señor Jesucristo, no se habla nunca de dos salvadores. Ese es el problema teológico de afirmar desde un solo pasaje una doctrina bíblica. El bautismo por sí mismo no salva, en ningún lugar del Nuevo Testamento se afirma que existe otra razón de nuestra Salvación que no sea la persona divina de Jesucristo, es un problema no de contenido sino de presentación correcta del plan de salvación.

Somos salvos por gracia mediante la fe en Jesucristo, no hay otra fórmula, Dios no es hombre para cambiar ni para contradecirse en algo tan vital como la salvación, esa es la santidad de su naturaleza moral, esa es la gran gloria de nuestra fe. Los hombres del Antiguo Testamento se salvaban por pura gracia mediante la fe, tenemos a mano la Biblia para confirmar esto. En el Nuevo Testamento los hombres y mujeres del Nuevo Pacto en la sangre de Cristo se siguen salvando por este principio invariable, esta vez mediante la fe en Jesucristo y según los pasos establecidos en el Nuevo Testamento y los ejemplos aprobados que encontramos en las conversiones narradas donde el bautismo es uno de los requisitos donde por gracia mediante la fe en el Redentor recibimos el perdón de nuestros pecados y el don del Espíritu Santo.

El gran error de las iglesias protestantes y evangélicas no está en enseñar que debemos aceptar a Jesucristo pues esto es la base de nuestra fe, el error de las iglesias evangélicas es en no admitir que el bautismo forma parte del plan de salvación y que en ese acto se recibe el perdón de pecados y el Espíritu Santo, tal como lo afirma la Escritura.

En 1 Pedro 3:21estas nueve palabras no pueden ser sacadas del contexto para afirmar categóricamente que hay una obra que nos salva. Analicemos este texto correctamente "el bautismo que corresponde a esto ahora nos salva", y ¿Qué es esto a lo cual corresponde el bautismo ahora? El bautismo no salva ni nunca va a salvar a nadie si no está insertado en el plan de salvación, el bautismo corresponde a la economía salvífica establecido en el Nuevo Testamento, corresponde al Evangelio de Jesucristo, corresponde a la obra redentora efectuada única y suficientemente por Jesús en la cruz del Calvario, por que Cristo es el único que salva, Hechos 4:12 “Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos”. El contexto de 1 Pedro 3:21 no puede ser aislado, Pedro recalca bien el significado simbólico de este acto: ni la inmersión, ni el agua poseen un don de salvación ni mucho menos de purificación, en este acto se destaca la obediencia al plan divino de todo aquel que al arrepentirse desea fervientemente “la aspiración de una buena conciencia hacia Dios”, ante su poder manifestado “por la resurrección de Jesucristo”

La única autoridad digna de dar respuesta a esto es la Biblia y ella nos enseña que estamos comisionados como iglesia del Señor para anunciar al mundo pecador las Buenas Nuevas de Salvación: 1- que Dios se ha manifestado en carne en la persona de Jesús dando cumplimiento a las promesas de Dios para nuestra salvación, 2- que nuestro Señor reveló definitivamente el amor y la voluntad de nuestro Padre celestial en sus enseñanzas del Reino, 3- que este JESUS fue crucificado, muerto por nuestros pecados, sepultado y resucitado por el poder de Dios, y ascendió al cielo y sigue intercediendo por todos los cristianos fieles, todo esto lo podemos apreciar en el primer sermón de Pedro en el libro de los Hechos donde acto seguido se culminó el anuncio del evangelio con el bautismo de los que oyeron, creyeron, invocaron el nombre de Cristo y se arrepintieron.

A partir de este momento después de la predicación del evangelio en Pentecostés el bautismo está conectado con la conversión como requisito indispensable del plan de salvación (Hch.2:38, 2:41), es el sello final de la unión por la fe con Cristo y recibimos el don del Espíritu Santo:
(2 Timoteo 2:19) “pero el fundamento de Dios está firme, teniendo este sello: Conoce el Señor a los que son suyos; y apártese de iniquidad todo aquel que invoca el nombre de Cristo”
(Efesios 1:13) “en el también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en el, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la Promesa, que es las arras de nuestra herencia hasta la redención de la posesión adquirida, para alabanza de su gloria”
Es señal del nuevo pacto de gracia por la muerte sacrificial, la resurrección y el perdón de pecados por parte de Cristo
(Heb.9.15) “Así que, por eso es mediador de un nuevo pacto, para que interviniendo muerte para la remisión de las transgresiones que había bajo el primer pacto, los llamados reciban la promesa de la herencia eterna”
(Heb.13.20) “Y el Dios de paz que resucitó de los muertos a nuestro Señor Jesucristo, el gran pastor de las ovejas, por la sangre del pacto eterno”
(Rom.11.27) “Y este será mi pacto con ellos, Cuando yo quite sus pecados”

En el momento del bautismo por la gracia de Dios y mediante nuestra fe recibimos el Espíritu Santo después de ser justificados y somos adoptados como nuevas criaturas en la familia de Dios, coherederos junto con Cristo de la herencia del nuevo pacto.
Pero el bautismo nunca tiene “en sí mismo” el poder de salvación que únicamente aplica al Redentor, esto es lo que conclusivamente enseña la Palabra de Dios.

La enseñanza general de la doctrina bíblica de la salvación no se puede presentar de otra manera: somos salvos por gracia mediante la fe en Jesucristo. No hay verdades proclamadas por iglesias “evangélicas”, solamente hay verdades bíblicas y si así están en la Biblia hay que ser humildes y reverentes. Efesios. 2:8-10 “Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no es de vosotros pues es don de Dios; no por obras para que nadie se gloríe porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas”.

Por supuesto que la fe debe ir acompañada de las obras, sino seria una fe falsa y así lo enseña el apóstol Santiago, pero las buenas obras que Dios preparó de antemano no son más que los frutos de la fe y que naturalmente deben seguir a nuestra conversión. De forma general la Biblia nos enseña que las obras nunca podrán sustituir a la fe en Cristo, ni el amor de Dios derramado en nuestros corazones “para que nadie se gloríe”, las buenas obras no pueden quitar nuestros pecados ni resisten el juicio divino si no tenemos el fruto del Espíritu. Definitivamente somos salvos por gracia, un don que nunca será de nosotros, y por la fe en Jesucristo y la Palabra de Dios.

(1 Co 13.1-3) “Si yo hablase lenguas humanas y angélicas, y no tengo amor, vengo a ser como metal que resuena, o címbalo que retiñe. Y si tuviese profecía, y entendiese todos los misterios y toda ciencia, y si tuviese toda la fe, de tal manera que trasladase los montes, y no tengo amor, nada soy. Y si repartiese todos mis bienes para dar de comer a los pobres, y si entregase mi cuerpo para ser quemado, y no tengo amor, de nada me sirve”

viernes, 12 de marzo de 2010

¿Y LOS ANCIANOS…? Primera parte. El Fruto y las Obras.


Aún en estos momentos nos estamos preguntando ¿por qué la elección y aprobación Ancianos motiva tantas tensiones, actitudes agrias y manifestaciones francamente hostiles en algunas regiones? El objetivo de meditar sobre este tema va más allá de hurgar en alguna llaga o acrecentar la conflictividad en cuestión de opiniones (nada más alejado de nuestras prioridades), nuestro propósito, única y exclusivamente, es promover sinceramente a la reflexión serena y adecuada ante la interrogante que encabeza estas líneas.

El planteamiento del problema sería el siguiente: Principalmente en Latinoamérica se puede observar un buen número de las iglesias de Cristo que adolecen de no estar organizadas bíblicamente, no hay Ancianos, Pastores u Obispos, como el Nuevo Testamento denomina a estos hermanos y sus responsabilidades ante la grey, aunque en lo que respecta a la adoración y la predicación del evangelio las iglesias de Cristo establecidas cumplen los principios neo-testamentarios fielmente. ¿Qué sucede entonces?, es posible de que entre los cientos de iglesias del Señor, ¿no hay siquiera un par de hombres que reúnan las cualificaciones que exige la Biblia?, …es difícil de creer…, va contra la lógica, va contra las estadísticas, va contra el sentido común, pero lo que es peor, va contra los mandamientos de Dios para legitimizar el verdadero patrón-bíblico-organizativo establecido en el Nuevo Testamento, ya ni siquiera es un problema de opinión, es un problema doctrinal que atañe a la fidelidad en el cumplimiento de la Palabra de Dios.

Entonces, lejos de crearse cualquier atmosfera hostil y tan alejada del espíritu cristiano que demanda la Palabra divina sobre el amor fraterno, ¿Por qué no se trabaja con más ahínco en aras de solucionar el problema en cada congregación?, ¿acaso no se observan todos los requisitos bíblicos de forma exhaustiva? Entonces, ¿Qué pasa?, en cuanto a la causa o factores que inciden en esta problemática preferimos dejar abierto el cuestionamiento para que usted saque sus propias conclusiones, lo que si pretendemos en estas cortas líneas es proporcionarles algunos elementos válidos y fundamentados bíblicamente para una acertada reflexión acerca de una de las problemáticas más acuciantes y volátiles que enfrentan las iglesias de Cristo:

1-Aquellos hermanos que no sean neófitos, y anhelen ser Ancianos/Obispos/Pastores pueden ser considerados como tales solo, y esto es sumamente importante, si son reconocidos y elegidos por su propia congregación,

1 Ped.5.1 “Ruego a los ancianos que están entre vosotros” Hch.14.23 “Y constituyeron ancianos en cada iglesia, y habiendo orado con ayunos, los encomendaron al Señor en quien habían creído”,

2-Llegamos a la conclusión de que la ancianatura solo es posible organizarse en tanto que es el único ministerio que pasa a ser legitimo funcionalmente hasta que sean constituidos, reconocidos y electos formalmente en su iglesia local (Ef.4:11).
Otras funciones que ya debe estar ejerciendo con efectividad el que anhele ser Anciano son: - la predicación del Evangelio y -la enseñanza doctrinal, estos desempeños son requisitos indispensables por su apreciable valoración testimonial para que la congregación reconozca en el candidato el llamado divino al ministerio pastoral:

1 Tim 5.17 “Los ancianos que gobiernan bien, sean tenidos por dignos de doble honor, mayormente los que trabajan en predicar y enseñar”, para que alguien que desee ser anciano sea reconocido como tal por los hermanos de su congregación debe darse a la tarea de trabajar arduamente desde que fue llamado a ser un ministro de la Palabra, y no de comenzar a trabajar con miras a que sea elegido, sino que ya en la práctica sea un vivo testimonio ante su congregación local de que “predica y enseña”, de que en su obrar demuestra su idoneidad con “piedad y contentamiento” para la responsabilidad que desempeñará.

Predicar “ λόγῳ, λόγος” (Hch.8:5; 9:20; 14:7; Ro.10:15; 15:20; 1 Cor.9:18; 2:12) y Enseñar “διδασκαλία” (Ro.12:7; 15:4; 1 Tim.4:13; 6:3; 2 TIM.3:16; Tit.1:9; 2.1-7) según el Nuevo Testamento son términos que no responden a la idea o interpretación ya bastante generalizada que se ha instalado en la iglesia de nuestros tiempos, donde se pretende exclusivamente desde una oficina “salvar almas y alimentar a la grey” y no estamos diciendo que el trabajo burocrático (administrativo) no sea necesario en las iglesias, todo lo contrario. El Anciano /Pastor/ Obispo debe ser capaz de supervisar la vida interna de la iglesia y a la vez ser un digno obrero de la Palabra comunicando el mensaje de salvación a los in-conversos (1 Cor.1:17) e instruyendo doctrinalmente a los miembros de su iglesia y esto solo es posible compartiendo sabia y prudentemente el trabajo administrativo con el trato personal “cara a cara” tanto en la labor evangelística, como en la atención pastoral e instrucción a los miembros de su rebaño.

(1 Tim 3.1) “Palabra fiel: Si alguno anhela obispado, buena obra desea” aquí vemos como lo verdaderamente honorable de esta aspiración se encuentra en que se obre dignamente. La dignidad de lo que hace un obispo no deriva del cargo, sino de las cualidades que se exigen:

Heb.13.17 “Obedeced a vuestros pastores, y sujetaos a ellos; porque ellos velan por vuestras almas, como quienes han de dar cuenta; para que lo hagan con alegría, y no quejándose, porque esto no os es provechoso

Heb.13.7 “Acordaos de vuestros pastores,… considerad cuál haya sido el resultado de su conducta, e imitad su fe”

Estos dos elementos nos llevan a ponernos en perspectiva acerca del problema planteado: el reconocimiento de la congregación es decisivo, pueden presentarse para Ancianos aquellos que digan reunir las condiciones exigidas por la Biblia, pero si la grey no puede reconocer estos requisitos en ellos se anula todo el proceso. Es el eterno indicador que Dios ha colocado en su eterna e infalible sabiduría, la cuestión de peso no es tener o no tener los dones, lo que define la autenticidad e idoneidad del candidato es el fruto, es el obrar diario conforme a la fe que profesamos: (Tit.2.2) “Que los ancianos sean sobrios, serios, prudentes, sanos en la fe, en el amor, en la paciencia”
¡Un momento!, no estamos diciendo que no existan tales hombres al frente de las congregaciones, todo lo contrario…, abundan más los buenos siervos de Dios que son aquellos que inequívocamente son reconocidos por sus buenos frutos entre sus hermanos,… que los que dicen ser ministros y no lo son. Otro factor que pudiéramos descartar o incluir como duda razonable es que alguien espere la aprobación humana en asuntos divinos, realmente no lo sabemos,…ni tampoco nos interesa.
Personalmente encuentro muy positivo y saludable cuando se detectan problemas en el liderazgo por parte de la congregación a la cual se está sirviendo, esto nos pone en alerta espiritual y emocional, y la respuesta… ¡nuestra única respuesta!…, debe ser la de erradicar aquellos errores señalados por nuestros hermanos con la ayuda de Dios, para ser cada día los siervos humildes, reverentes y prudentes que el Señor desea que seamos.
No debemos sentir miedo ante los señalamientos de nuestras deficiencias en el servicio al Señor, porque el que teme no ha sido, ni podrá ser perfeccionado jamás en el amor de Dios.

1 Jn.4:18 “En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor; porque el temor lleva en sí castigo. De donde el que teme, no ha sido perfeccionado en el amor”

martes, 2 de marzo de 2010

Bautizo Domingo 28 Febrero 2010


Creemos en la doctrina bíblica sobre el sacrificio expiatorio efectuado por Cristo

Creemos en la doctrina bíblica sobre el sacrificio expiatorio efectuado por Cristo

“Y el sacerdote hará expiación por toda la congregación de los hijos de Israel; y les será perdonado, porque yerro es; y ellos traerán sus ofrendas, ofrenda encendida a Jehová, y sus expiaciones delante de Jehová por sus yerros” (Nm.15:25)

“Diciendo primero: Sacrificio y ofrenda y holocaustos y expiaciones por el pecado no quisiste, ni te agradaron (las cuales cosas se ofrecen según la ley)” (Heb.10:8)

“pero Cristo, habiendo ofrecido una vez para siempre un solo sacrificio por los pecados,… porque con una sola ofrenda hizo perfectos para siempre a los santificados” (Heb.10:12-16)


Al igual que las demás verdades bíblicas la doctrina sobre la expiación fue revelada por el Espíritu Santo de forma gradual por medio de los sacrificios según la ley como tipo o sombra del sacrificio de Cristo y las profecías del Antiguo Testamento. En la etapa patriarcal tanto el altar como los sacrificios fueron los elementos básicos de la adoración como expresión de la dependencia a nuestro Creador. Al quedar instituida la ley mosaica los sacrificios sangrientos tenían un doble propósito: representaban la purificación y perdón de los pecados cometidos por el pueblo de Israel y que esta expiación solo podía ser aceptable a Dios mediante la muerte. La disposición de efectuar sacrificios de animales apuntaba desde el antiguo pacto hacia el sacrificio sangriento de Jesús en el Calvario como ante-tipo del Cordero de Dios (Jn.1:29) inmolado eficazmente de una vez y para siempre para limpiar los pecados de toda la humanidad y satisfacer la santidad de Dios y su ley.

En el Antiguo Testamento para expresar la idea de la expiación en la Biblia se utiliza la palabra hebrea “kaphar” (cubrir) que significa procurar la propiciación de Dios mediante un sacrificio sangriento para lograr el perdón y purificación del pecador desagraviando la justicia divina, de esta forma se llegaba a la reconciliación con Dios. En el Nuevo Testamento se produce el perfecto completamiento de la doctrina tal como lo expresa el termino griego “ilaskomai” que significa el ser propicio a Dios mediante el sufrimiento cruento y la muerte como ofrenda viva. Es el profeta Isaías quien mediante su profecía del siervo de Jehová describe más ampliamente el tipo del sacrificio expiatorio de Jesús en la cruz: “Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido. Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados” (Is.53:4-5).

Jesucristo murió conforme a lo profetizado en las Escrituras, al morir voluntariamente por nosotros su sacrificio no fue producto únicamente de las circunstancias que rodearon su vida, su muerte tiene un claro propósito sacrificial y propiciatorio según la voluntad divina (Jn.3:16-17) tal como lo enseña el Nuevo Testamento, los pasajes análogos que confirman esta profecía son:

(Mt.8:17) “para que se cumpliese lo dicho por el profeta Isaías, cuando dijo: El mismo tomó nuestras enfermedades, y llevó nuestras dolencias”,

(Lc.24:27) “Y comenzando desde Moisés, y siguiendo por todos los profetas, les declaraba en todas las Escrituras lo que de él decían”

(Lc.24.46-47) “Así está escrito, y así fue necesario que el Cristo padeciese, y resucitase de los muertos al tercer día; y que se predicase en su nombre el arrepentimiento y el perdón de pecados en todas las naciones”

(1 Ped.1:1)1 “escudriñando qué persona y qué tiempo indicaba el Espíritu de Cristo que estaba en ellos, el cual anunciaba de antemano los sufrimientos de Cristo”

(1 Ped.2:24) “quien llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia; y por cuya herida fuisteis sanados”


(Ro.4:25) “el cual fue entregado por nuestras transgresiones, y resucitado para nuestra justificación.

Como podemos constatar en estos pasajes los sufrimientos y muerte expiatorios de Jesús son considerados doctrinalmente por los siguientes términos que abarcan sus beneficios al pecador sinceramente arrepentido y obediente: propiciación: obtener el favor de Dios mediante la satisfacción de la injusticia que constituye el pecado ante la naturaleza santa de Dios (1 Jn.2:2, 4:10), redención: pagar precio por rescate, comprar de nuevo al pecador de la esclavitud de Satanás y de la condenación (Ro.3:24, 1 Co.6:20, Gá.3:13, Mt.20:28, 1 Tim.2:26) y reconciliación: cambiar de un estado de enemistad a uno de amistad con Dios (Ro.5:10-11, Col.1:20-22). El alcance del sacrificio expiatorio de Jesucristo es universal por pura gracia como provisión para toda la humanidad pecadora, pero no significa que todos alcancen la redención en Cristo ya que la salvación y la promesa de vida eterna en el Reino de los cielos es de un carácter especialmente condicionado a cada individuo de acuerdo al cumplimiento o no de las exigencias bíblicas del evangelio: Fe, Arrepentimiento, Confesión, Bautismo, Santidad, Perseverancia, Crecimiento y Fidelidad hasta la muerte física.


Reflexiones Biblicas

UN MAESTRO DESLENGUADO.
“¿Quién es sabio y entendido entre vosotros? Muestre por la buena conducta sus obras en sabia mansedumbre.Pero si tenéis celos amargos y contención en vuestro corazón, no os jactéis, ni mintáis contra la verdad; porque esta sabiduría no es la que desciende de lo alto, sino terrenal, animal, diabólica” (Stg.3:13-15)
“La boca del justo habla sabiduría, Y su lengua habla justicia” (Sal.37:30)

Un maestro es aquel que posee el don dado por el Espíritu Santo que lo capacita para instruir al pueblo de Dios, por tanto el oficio de maestro en la iglesia no es dado por los hombres, ni por criterios e intereses particulares, ni por la ambición de enseñar que pueda experimentar aquel que aspire a tan noble tarea, es un don o capacidad que solo puede propiciar Dios. Hace poco tuve la oportunidad de presenciar como un supuesto “predicador” de la Palabra con ínfulas de ser maestro afirmó con su lengua, sin temblarle la voz, que “la doctrina de la autonomía no existía, que era puro cuento y bobería” (cita literal), pero esto es de esperarse, después de todo estas cosas pasan con un propósito, en este caso particular para mí fue el de poder comprobar en la práctica el porqué del empeño del apóstol Santiago de conectar a aquellos que ambicionan el ser maestros y el gobierno de la lengua.

Entre las calificaciones y requisitos para el oficio de maestro en la iglesia es indispensable que el que haya sido verdaderamente agraciado por este don o atributo divino y llamado por Dios a ejercerlo sea ante todo un hombre sabio, humilde y fiel a la Palabra que pretende enseñar. Les invito a que analicemos juntos estos tres requisitos básicos que adornan a un autentico maestro en la congregación. La sabiduría no tiene su asiento en la capacidad intelectual, ni en pomposos títulos académicos, ni en sabiduría de palabras que por cierto hacen vana la cruz de Cristo (1 Cor.1:17) la sabiduría para el cristiano tiene su principio en el temor de Dios, que se manifiesta en el cumplimiento de sus mandamientos, eso es lo que nos define como verdaderos hombres de Dios (Ecl.12: 13)
¿Cómo es posible que uno que pretenda ser maestro de la Palabra divina no crea en ella? ¿Cómo es posible que dude, censure, y juzgue la Palabra que está destinado a juzgarle en el día final?, el que hace tales cosas conforme a su pervertida sabiduría humana y quiere “hacerse maestro” atrae sobre si doble condenación (Stg.3:1), el apóstol Santiago nos enseña que el hombre que duda y reniega de la Palabra donde ha depositado su fe es un hombre de doble animo e inconstante en todo lo que emprende (Stg.1:1-8), el término “doble animo” es sinónimo de insinceridad, de hipocresía, su doblez moral consiste en aparentar una vana religiosidad y a la vez conducirse según sus intereses mundanos en búsqueda de gloria y reconocimiento personal aunque entren en contradicción flagrante con los mandamientos de Dios. La única gloria del cristiano en su condición de servidor de Dios es la sencillez y la sinceridad no conforme a la sabiduría humana sino a la divina (2 Cor.1:12) “Porque nuestra gloria es esta: el testimonio de nuestra conciencia, que con sencillez y sinceridad de Dios, no con sabiduría humana, sino con la gracia de Dios, nos hemos conducido en el mundo, y mucho más con vosotros”.

Para Santiago Sabiduría y Humildad constituyen un binomio indispensable para el oficio de maestro, sabiduría/humildad son dos virtudes inseparables que se retroalimentan entre si, a medida que adquirimos sabiduría por medio del conocimiento de Dios seremos más humildes y reverentes ante la revelación bíblica y estas virtudes garantizaran a su vez nuestra fidelidad incondicional a la Palabra que como maestros debemos transmitir íntegramente a nuestras congregaciones.

Los que afrentan con su lengua de iniquidad a la Palabra de Dios queriendo hacer maestros e ignorar y despreciar las doctrinas que el Verdadero Señor de la iglesia a instituido como patrón de organización para su pueblo no persiguen otros fines que el lucro, gloria personal y el enriquecimiento mediante el monopolio del poder que solo tiene Cristo ganado con su sangre, ¡que Dios se apiade de sus almas y que algún día puedan encontrar el primer amor, …. Si es que alguna vez lo experimentaron…!



martes, 23 de febrero de 2010

Curso de Metodología de la investigación Bíblica

Metodología de la investigación Bíblica. Este Curso de metodología tiene como objetivo motivar la necesidad en el predicador de alcanzar y desarrollar una competencia comunicativa, como expresarse y escribir correctamente como factor clave en su ministerio, todo ministro de la Palabra divina debe alcanzar un buen desarrollo comunicativo en cuanto a la investigación, redacción y análisis de sus estudios bíblicos, clases o sermones. Este curso está concebido para que el alumno aprenda: A conocer los pasos previos en el proceso de la escritura: generación de ideas, definición del tema y correcta organización del texto, ya sea para un fin oral o escrito en estudio de la Palabra de Dios. Conocer las claves básicas a seguir en la composición de un texto. A seguir los principios elementales a la hora de elaborar un texto de investigación, el uso de las citas literales, notas al pie, y bibliografía utilizada.

1er. Seminario. EL PREDICADOR COMO COMUNICADOR

CAPÍTULO I. EL PROCESO DE LA ESCRITURA.
1. Los pasos previos: Investigar, leer y escribir a) Generación de ideas y su organización. b) Definición del tema.
2. La mente que quiere Dios.
3. El arte de Clasificar y Ordenar las ideas. a) Tomar notas.

CAPÍTULO II. EL TEXTO
1. Composición del texto. a) La introducción. b) Exposición o desarrollo. c) La conclusión.
2. Principios a seguir a la hora de elaborar el texto de investigación.
Segundo Seminario. PROCESO DE LA INVESTIGACIÓN
CAPÍTULO I. EL MÉTODO DE LA INVESTIGACIÓN
1. Trazo o itinerario de la investigación. a) Problema/ objeto/ objetivo/ campo de acción.

CAPÍTULO II. LA NECESIDAD DEL SABER Y SU FUNDAMENTO BÍBLICO
1. La Sabiduría de Dios. a) La Ciencia. b) El Conocer.

CAPÍTULO III. LA INVESTIGACIÓN CIENTÍFICA Y LOS DISTINTOS TIPOS DE CONOCIMIENTO
1. Distintos tipos de razonamiento o conocimientos existentes. a) Razonamiento especulativo. b) Razonamiento empírico.


CAPÍTULO IV. PASOS QUE CONFORMAN EL PROCESO DE LA INVESTIGACIÓN
1. El problema (el ¿por qué?). a) Primera característica del proceso de investigación: el concepto del problema. b) Ejemplos prácticos. c) Elección del tema a partir de una necesidad espiritual y universal.
2. El objeto de estudio (el ¿qué?). a) Ejemplos prácticos. b) Totalidad/especificidad.
3. Marco teórico de la investigación y contextual de la investigación.
5. El Objetivo del proceso de investigación (el ¿para qué?).
6. Campo de acción.
7. La hipótesis. a) Un posible modelo estructural de un informe investigativo.

CAPÍTULO V. MÉTODOS DE INVESTIGACIÓN
1. Los métodos teóricos. a) El análisis. b) La síntesis. c) La inducción y la deducción. 2. Los métodos histórico y lógico. 3. Método de la observación. a) La entrevista. b) Algunas reglas básicas para la construcción del cuestionario.

CAPÍTULO VI. PROCESAMIENTO Y ANÁLISIS DE LA INFORMACIÓN
1. Localización y búsqueda de la información. a) Fichas catalográficas. b) Fichas bibliográficas. c) Fichas de contenido. D) La exposición. E) Documentación. F) Organización de materia. c) Elaboración f) Recomendaciones para preparar una exposición oral.
GLOSARIO
ANEXO. Norma de Asiento Bibliográfico por tipo de Documentos.


Las credenciales académicas que legitiman y dan autoridad a estos textos no pueden ni deben ser otras que las que soberanamente otorga Dios por medio de Jesucristo a los que fielmente hablan y enseñan conforme a su Palabra. Por tanto, como iglesia de Cristo, no reconocemos otra jurisdicción o institución humana como referencia última y aprobatoria para el ejercicio pleno de los ministerios que solo Dios constituye para su iglesia según los dones que el Espíritu imparte y que están aprobados por la Biblia. Como la Escritura es única Regla de Fe y Practica para la iglesia de Cristo y fundamento del perfeccionamiento del conocimiento para el cristiano invitamos a cada hermano o hermana que Biblia en mano, que siempre compruebe que las ideas, conceptos bíblicos y teológicos que conforman estos textos educativos tienen, o no, un sólido basamento en la Escritura y están en perfecta armonía con el espíritu de las enseñanzas de nuestro único Maestro, Jesucristo. A El toda la potestad, gloria y honra en los cielos como en la tierra.

Curso de Teología Cristiana y sus fundamentos.

Teología Cristiana y sus fundamentos. Este estudio va dirigido especialmente a predicadores. Todo ministro de la Palabra debe conocer básicamente las doctrinas bíblicas que sustentan el contenido de nuestra fe. Este es el más profundo de nuestros cursos.

CONTENIDO.
■ ASIGNATURA: INTRODUCCION A LA TEOLOGIA.
Capítulo I. Naturaleza y alcance del pensamiento cristiano.
Capítulo II. La Biblia: Fuente primaria e insustituible de nuestra predicación.
Capítulo III. La Revelación cristiana.
Capítulo IV. La inspiración de las Escrituras.
Capítulo V. El Canon de las Sagradas Escrituras.

■ ASIGNATURA: TEOLOGIA, LA DOCTRINA SOBRE DIOS.
Capítulo I. La existencia y naturaleza de Dios.
Capítulo II. Los atributos de Dios.
Capítulo III. La Deidad: Dios Padre, su Hijo Jesucristo, el Espíritu Santo

■ ASIGNATURA: LA DOCTRINA ACERCA DEL HOMBRE Y EL PECADO.
Capítulo I. Relato de la Creación.
Capítulo II. La creación espiritual: los ángeles y el mundo inmaterial.
Capítulo III. Antropología bíblica: el origen del hombre.
Capítulo IV. La doctrina sobre el pecado y el origen del mal.
Capítulo V. Terminología escritural del pecado.

■ ASIGNATURA: LA DOCTRINA ACERCA DE JESUCRISTO.
Capítulo I. Cristología: la doctrina sobre Jesucristo.
Capítulo II. El ministerio de Cristo.
Capítulo III. La expiación.
Capítulo IV. La Ley de Cristo: El Nuevo Testamento.
Capítulo V. El advenimiento de Cristo y la doctrina sobre el fin de los tiempos.
Capítulo VI. Las teorías milenaristas que contradicen la enseñanza escritural.

■ ASIGNATURA: LA DOCRINA DE LA SALVACION.
Capítulo I. La doctrina de la Redención.
Capítulo II. El evangelio de Cristo y la fe salvadora.
Capítulo III. El Espíritu Santo y la obra de salvación.
Capítulo IV. El testimonio del Espíritu y su fruto en el creyente.

■ ASIGNATURA: LA ETICA CRISTIANA
Capítulo I. La libertad y el libre albedrío.
Capítulo II. La base escritural de la ética.
Capítulo III. Función de la conciencia en la experiencia cristiana.
Capítulo IV. Ética práctica: deberes para con Dios y el prójimo, y sus instituciones: el matrimonio, la Familia, la Iglesia, la Sociedad civil y el Estado.

■ ASIGNATURA: ECLESIOLOGIA: LA IGLESIA. DE CRISTO
Capítulo I. Naturaleza de la Iglesia Cristiana.
Capítulo II. El liderazgo de servicio en la iglesia: pastores, ancianos, obispos y diáconos.
Capítulo III. La Disciplina en la Iglesia.
Capítulo IV. La Gran Comisión de la iglesia: La Evangelización y la Enseñanza.
Capítulo V. La adoración en la iglesia primitiva y los medios de gracia.

Cursos que ofrecemos ...


CAMINO DE SALVACIÓN. Este curso tiene un marcado propósito evangelístico
Contenido:
LECCION 1. LA SALVACION
¿Qué significa ser salvo?
¿Qué hizo Cristo para salvar al pecador?
¿Qué significa aceptar a Cristo como único Salvador y suficiente mediador entre Dios y los hombres?
¿Constituye la salvación un nuevo nacimiento?
¿Qué significa para nuestra salvación ser nacidos del agua y del Espíritu?
¿Es la salvación una experiencia continua?
¿Se puede perder la salvación?
¿Cuáles condiciones debe cumplir el pecador para ser salvo?
¿Puedo estar seguro de mi salvación?

LECCION 2. TROPIEZOS Y PELIGROS QUE EL CREYENTE PUEDE ENCONTRAR
¿Se enfrenta a problemas el nuevo convertido?
¿Puede la nueva criatura caer en pecado?
¿Cuáles son las pruebas que enfrentará el cristiano?

LECCION 3. LA IGLESIA DE CRISTO
¿Qué es la iglesia?
¿Quién es el fundador de la iglesia?
¿Quiénes pueden ser miembros de la iglesia?
¿Cuál es la misión primera de la iglesia?
¿Por qué “las iglesias de Cristo”?
¿Cuáles son los líderes en la iglesia?
¿Cuál es la forma de gobierno en la iglesia?

LECCION 4. EL BAUTISMO
¿Qué es el bautismo?
¿Cuál es el significado bíblico y teológico del bautismo?
¿Quiénes pueden ser bautizados?
¿Cuándo debe ser bautizado el creyente?
¿Cuál es la fórmula bíblica del bautismo?

LECCION 5. LA NUEVA VIDA EN CRISTO: EL CRECIMIENTO
¿Qué es la nueva vida en Cristo?
¿Qué significa crecer para el cristiano?
¿Qué papel juega el Espíritu Santo en el crecimiento del discípulo?
¿Qué es lo que el Señor espera de nosotros?
¿Cuáles cosas ayudan al cristiano a vivir una vida floreciente?

LECCION 6. LA SANTIDAD
· ¿Qué significa la santidad del cristiano?
· ¿Cuándo y cómo somos santificados?
· ¿Qué cosa es posible por medio de la santificación?
· ¿Qué significa andar según la carne y andar en el Espíritu?

LECCION 7. COMPAÑERISMO CRISTIANO
· ¿Qué cosas pueden contribuir a la comunión entre los hermanos?
· ¿Es posible que surjan fricciones entre los miembros de la iglesia?
· ¿Qué consecuencias trae a la iglesia los conflictos entre hermanos?
· ¿Cómo deben ser solucionados estos conflictos?

LECCION 8. CONSAGRACION AL SERVICIO
· ¿Está llamado el cristiano a la consagración en la obra del Señor?
· ¿De qué forma es capacitado el cristiano para consagrarse a la obra?
· ¿A quién consagramos nuestros ministerios?

LECCION 9. LA SANTA CENA
· ¿Qué es la Cena del Señor?
· ¿Qué significa la Cena del Señor?
· ¿Quiénes deben y pueden participar en la Cena del Señor?
· ¿Con que regularidad se debe ministrar la Santa Cena?
· ¿Debe el miembro de la iglesia privarse voluntariamente de participar de la mesa del Señor?

LECCION 10. LA OFRENDA DE LOS SANTOS.
· ¿Qué se entiende como ofrendar?
· ¿Se justifica que el cristiano contribuya con su dinero?
· ¿En qué espíritu el cristiano debe ofrendar?
· ¿Qué cantidad debemos ofrendar?
· ¿Qué destino tiene la ofrenda?

LECCION 11. LA ADORACION.
· ¿Qué es adorar?
· ¿Qué es el servicio de adoración cristiano?
· ¿Qué significa ser un adorador en espíritu y en verdad?
· ¿Cuáles son los principios básicos en la nueva alianza que rigen el culto cristiano?








En qué Creemos…

Creemos en la doctrina bíblica de la regeneración o nuevo nacimiento según el plan de salvación.
“nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo” (Tit.3:5)
“Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios” (Jn.3:5)
“nos hizo renacer para una esperanza viva, por la resurrección de Jesucristo de los muertos”
(1 P. 1:3).

El termino regeneración tal como se utiliza en el Nuevo Testamento significa “ser otra vez”- “recreación”- “rehacer”, las palabras de Jesús indican un renacer, una restauración espiritual en el sentido de cambio moral en la naturaleza humana producto de la aceptación y obediencia al evangelio de Cristo, este nuevo nacimiento tiene como objetivo el llegar a ser partícipes de la naturaleza divina (2 Ped.1:4) y es una condición incluida por Dios para nuestra salvación.

La enseñanza general de esta doctrina se encuentra principalmente fundamentada en los siguientes pasajes:
● (Jn.3:3-7) “nacer de nuevo” -“del agua y del Espíritu”-son condiciones indispensables para entrar al reino de Dios, es necesario cumplir el plan de salvación trazado por Dios en su Santa Palabra.
● (1 Ped.1:23) “siendo renacidos” –este renacer se debe por la predicación del Evangelio y la obediencia al mismo.
● (Stg.1:18) “nacer por la palabra de verdad” –por su propia iniciativa y voluntad la Palabra de Dios es implantada para vivir la nueva vida en santidad.
● (Jn.1:13, 1 Jn.3:9, 4:7, 5:1-18) “nacido del Espíritu” - “nacido de Dios” -la idea central es que en el nuevo nacimiento no somos engendrados por la carne sino por la Deidad, por tanto el cristiano es portador de una nueva naturaleza que ya no permite que practique el pecado sino que es capaz de sentir el amor que proviene de la divinidad, por tanto conoce a Dios y es a su vez reconocido por su Creador
● (2 Cor.5:17) “nueva criatura” -por la fe somos recreados a la imagen de Cristo, quien a su vez es la imagen de Dios, producto de la reconciliación toda enemistad con el Creador queda en el pasado y el cristiano entra a una plena novedad de vida con un corazón purificado por la sangre del Cordero.
● (Gá.6:15) “nueva creación” -esta novedad de vida ya no está regida por la religión judía y la ley de Moisés “no por obras de justicia”, el cristiano está bajo la perfecta ley de la libertad, la ley de Cristo, es una nueva ley dada en la mente restaurada del cristiano y escrita en su corazón.

No hay ninguna duda de que quien efectúa la Regeneración o Nuevo nacimiento es la Palabra de Dios y el Espíritu Santo que inspiró esta palabra divina. Todas estas evidencias bíblicas nos confirman que los seres humano alcanzamos la salvación por el lavamiento de la regeneración y de la renovación del Espíritu Santo y que la salvación está íntimamente ligada a la santificación. La regeneración o nuevo nacimiento del creyente abarca tanto el sentido de la restauración del pecador a la imagen moral de Dios con la que originalmente fue creado, como también la renovación del proyecto original de vida humana en santidad a su Creador, el apóstol Pablo así lo resume: “y renovaos en el espíritu de vuestra mente, y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad” (Ef.4:23-24)

Fe y Cultura

Alberto Menéndez Enríquez (Ciudad de La Habana, 1960). Doctor en Ciencias médicas.
Prefiere el género de mini-cuentos, cortas historias que expresan con fino humor y poesía la fragilidad del ser humano enlazado en su propia historia de eternos cuestionamientos y reflexiones ante un Dios que si bien rebasa nuestro raciocinio, también nos ama más allá de todo entendimiento. Hoy le presentamos una muestra de los más acertados en su colección.
BABEL
“…allí confundió Jehová el lenguaje de toda la tierra, y desde allí los esparció sobre la faz de toda la tierra” (Gn.11.9)
Se alzaba la torre. Cada quien en su lengua emitía algún mensaje. Inesperadamente uno de los constructores se precipitó al vacío desde la alta cúpula. Fragmentado en el suelo, manaba el líquido viscoso que acredita la vida. Entonces todos comprendieron. Había un solo idioma universal e inequívoco: el silencio.

EVANGELIOS
“A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron” (Jn.1.11)
Los observo a diario martillándose las entendederas. Si pudiera acudir en su auxilio. ¿Cuántas veces tendré que morir para justificar sus necedades?



RAICES
“Todo va a un mismo lugar; todo es hecho del polvo, y todo volverá al mismo polvo” (Ecl.3.20)
He vagado por todo el planeta buscando mi lugar y me afirman que no pertenezco a sitio alguno. Decidí ampliar mis horizontes a través de las lunas, supernovas, satélites; lo mismo: no perteneces. Me entrevisté con Dios. Algo más explícito me argumentó: “Tú sí perteneces, estás, eres… polvo”. Y me arrojó al firmamento.


CONSTRUCTOR
“Si Jehová no edificare la casa, En vano trabajan los que la edifican” (Sal.127.1)
Mi sueño fue siempre el calor de un hogar, para ello fundí los cimientos de la nueva casa, levanté las columnas hasta el capitel y el techo pulgada a pulgada. Al cabo de unos meses solo el humo de la chimenea permanece íntegro, aunque persisto en mi determinación de poseer un hogar y continúo alimentando la hoguera con los últimos leños del jardín.

ESTRATEGIA
“Amad a vuestros enemigos” (Mt.5.44)
La guerra arrasó con el país. Los sobrevivientes reunidos en torno a un arbusto carbonizado esbozan la estrategia de contraofensiva.

viernes, 19 de febrero de 2010

Creemos en la doctrina bíblica sobre el testimonio del Espíritu Santo.


Creemos en la doctrina bíblica sobre el testimonio del Espíritu Santo.
“Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo” (Hch.2:38-39)
“pero Cristo, habiendo ofrecido una vez para siempre un solo sacrificio por los pecados,… porque con una sola ofrenda hizo perfectos para siempre a los santificados. Y nos atestigua lo mismo el Espíritu Santo;…” (Heb.10:12-16)
“nosotros somos testigos suyos de estas cosas, y también el Espíritu Santo, el cual ha dado Dios a los que le obedecen” (Hch.5:32)


La iglesia del primer siglo siempre reconoció la tremenda importancia del testimonio del Espíritu, la iglesia de nuestros tiempos debe ser fiel a este legado. Una de las tantas obras del Espíritu Santo es atestiguar o dar testimonio de la realidad de la expiación y del ministerio intercesor de Jesucristo. Esta es una de las doctrinas bíblicas fundamentales para el cristiano, a tal punto que el apóstol Pablo declara que la incredulidad o falta de fe ante la suprema revelación de Cristo es producto de rechazar el Espíritu Santo: “Por tanto, os hago saber que nadie que hable por el Espíritu de Dios llama anatema a Jesús; y nadie puede llamar a Jesús Señor, sino por el Espíritu Santo” (1 Cor.12:3)
El Espíritu divino ahora habita en la iglesia del Señor como fiel testimonio de la adopción, de la filiación con nuestro Padre Celestial desde el mismo corazón del cristiano lo cual amplía de forma efectiva la obra salvífica comenzada en la encarnación del Verbo, pasando por el evento de la cruz y la exaltación y ascensión de Cristo a la diestra de Dios “Pero yo os digo la verdad: Os conviene que yo me vaya; porque si no me fuera, el Consolador no vendría a vosotros; mas si me fuere, os lo enviaré. Y cuando él venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio” (Jn.16:7-8) “El me glorificará; porque tomará de lo mío, y os lo hará saber” (Jn.16:14-15)
Según las Escrituras el testimonio del Espíritu es la evidencia interna de la aceptación de Dios por parte de aquellos que han creído y obedecido el evangelio de Cristo, es el testimonio de que mediante la fe en su Hijo y por pura gracia Dios nos ofrece la vida eterna. El Espíritu Santo testifica de forma efectiva a nuestro espíritu que tenemos redención por la sangre de Jesús derramada en la cruz del Calvario, que nuestros pecados han sido perdonados, que hemos sido reconciliados con Dios porque Jesús se ha dado en ofrenda perfecta por todos nosotros.
Los fundamentos bíblicos que sustentan esta doctrina están clara y directamente expresados, tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento: “Por la fe Abel ofreció a Dios más excelente sacrificio que Caín, por lo cual alcanzó testimonio de que era justo, dando Dios testimonio de sus ofrendas; y muerto, aún habla por ella” (Heb.11.4) “Por la fe Enoc fue traspuesto para no ver muerte, y no fue hallado, porque lo traspuso Dios; y antes que fuese traspuesto, tuvo testimonio de haber agradado a Dios” (Heb.11:5)
Otros pasajes que sostienen irrebatiblemente esta doctrina son: “El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios. Y si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo” (Ro.8.16-17) “El que cree en el Hijo de Dios, tiene el testimonio en sí mismo; el que no cree a Dios, le ha hecho mentiroso, porque no ha creído en el testimonio que Dios ha dado acerca de su Hijo. Y este es el testimonio: que Dios nos ha dado vida eterna; y esta vida está en su Hijo” (Jn.5:10-11) “Y el Espíritu es el que da testimonio; porque el Espíritu es la verdad” (1 Jn.5:6-7).
Estas bases escriturales nos demuestran que el testimonio del Espíritu Santo a nuestras vidas está íntimamente ligado con el espíritu de adopción dándonos la certeza espiritual de que somos hijos de Dios adoptados en la gran familia de la fe y que por tanto nuestros nombres están escritos en el libro de la vida, como podemos ver en estos hermosos pasajes: “Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre! El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios” (Ro.8:15-17)


jueves, 21 de enero de 2010

Textos para estudio y meditación.

“Como el ciervo brama por las corrientes de las aguas, Así clama por ti, oh Dios, el alma mía. Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo; ¿Cuándo vendré, y me presentaré delante de Dios?” (Sal.42.1-2)

“¿A quién tengo yo en los cielos sino a ti? Y fuera de ti nada deseo en la tierra. Mi carne y mi corazón desfallecen; Mas la roca de mi corazón y mi porción es Dios para siempre” (Sal.73.25-26)

“Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos, Ni estuvo en camino de pecadores, Ni en silla de escarnecedores se ha sentado; Sino que en la ley de Jehová está su delicia, Y en su ley medita de día y de noche” (Sal.1.1-2)

Salmos 42:1-2; 63:1-2 – La sed de Dios: señal de crecimiento espiritual. Aquí vemos un elemento constitutivo del crecimiento espiritual: la sed del hombre por Dios, podemos describirla como el anhelo de nuestra alma de saciar su sed en la única fuente que puede llenar esta necesidad: Dios mismo. Es en esencia el impulso intenso en el ser humano de buscar a Dios y presentarse delante de Él con la misma urgencia con que necesitamos del agua como elemento vital. El alma se compara al ciervo que brama por calmar su sed, el cristiano solo puede calmar esa sed en el rio del Espíritu divino para refrescar su alma, lo cual implica renovación y restauración tanto espiritual, como física. Aquí se expresa claramente el ansia por la comunión con Dios como fuente de agua viva. Otro elemento a tener en cuenta en este salmo es que la sed y la sequedad significan en el contexto bíblico cansancio y miseria moral ante la incapacidad de enfrentar situaciones adversas y hostiles. El objetivo final es alcanzar a ver el poder y la majestad de Dios en medio de estas circunstancias.

Salmo 73:25-26 – Dios es el único bien que satisface al cristiano: el ser humano como criatura está destinado para Dios. Es feliz aquel cuyo propósito descansa en la Roca eterna e inconmovible sobre la cual echamos los cimientos de nuestro nuevo estilo de vivir. Dios es nuestra única fuente de vida abundante. Cuando en momentos de crisis y soledad llegamos al desfallecimiento espiritual solo en El y en su cercana presencia encontramos el único asidero firme y refugio seguro.

Salmo 1:1-2 – La meditación en la ley de Dios santifica al hijo de Dios y lo aparta de la conducta de los impíos: por tanto es imprescindible en el crecimiento espiritual para llevar a la aplicación práctica y personal la ley de Dios. El hábito de reflexionar sobre la Palabra de Dios preserva la bondad y rectitud de nuestro corazón y nos hace crecer y madurar espiritualmente.

Romanos 8:26-27 –La obra intercesora del Espíritu Santo: por todos los cristianos en la práctica de la oración. En el momento de la oración también contamos con la ayuda de Dios, quien por medio de su Espíritu nos auxilia para pedir “como se debe” ya que somos incapaces en este sentido producto de nuestras debilidades espirituales.

I Juan 5:14-15 – La confianza en la oración conforme a la voluntad divina: Si pedimos en nuestras oraciones dejando a un lado nuestra voluntad y que sea la voluntad de Dios la que se finalmente se imponga solo entonces El nos oirá y podemos por fe considerarlas concedidas.


Filipenses 4:8-9 –Los valores o virtudes de la espiritualidad: La prioridad del crecimiento espiritual en el cristiano es ejercitar la piedad como máximo valor o virtud intrínseca a su espiritualidad. La piedad es el amor incondicional hacia Dios; la dimensión moral se concreta en el amor en relación al prójimo. Los valores o virtudes que caracterizan nuestro crecimiento espiritual deben ocupar el primer lugar contra los valores y virtudes según los patrones del mundo, por tanto no debemos despreciar nada que sea bueno en sí porque todo lo bueno y agradable procede de Dios; de tal manera que cada valor o virtud ocupe su debido lugar. La piedad y la moral verdadera son inseparables por tanto son autenticas joyas de nuestra espiritualidad cuando son llevadas a la práctica, de esta manera no sólo experimentaremos “la paz de Dios”, sino que ese mismo Dios de paz estará con nosotros.

Mateo 6:19-21 –La sencillez: una disciplina espiritual donde una actitud interna se refleja en un modo externo de vivir donde las riquezas están controladas solo por Dios. El hombre debe servirse de las cosas que son perecederas, pero no convertirse en esclavo de las cosas. El consumismo es un problema que golpea la espiritualidad del hombre moderno y aun de aquellos que dicen ser cristianos. Cuando nos ocupamos en la trivialidad de hacer “…tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen,..” entonces optamos por el lado humano de la perspectiva de la riqueza y olvidamos que Dios es el dueño de todo. Al confiar en las riquezas no buscamos primeramente el reino de Dios, porque no confiamos en El. Solo debemos servir a Dios y no a las riquezas.

Juan 13:13-14 –El servicio: ser más humildes. Dios nos ha creado los unos para los otros, tenemos el ejemplo en Jesucristo, aprendiendo de él esa capacidad suya de vaciarse para servir a los demás es que realmente llegaremos a una libertad plena y por ende alcanzaremos la felicidad a la que aspira todo ser humano.

Isaías 6:1, 5-8 –La purificación y santificación: necesidad de reconocer nuestros pecados ante la santidad divina y ser purificados y santificados para poder servirle.

Romanos 12:1-2 – La santificación y consagración de todo nuestro ser: espíritu, alma y cuerpo al Creador que nos ha llamado a la comunión con su Hijo Jesucristo lo que implica una transformación espiritual de tal manera que la renovación interna sea un proceso del cual toda nuestra vida sea nueva en sus motivos y fines.