sábado, 21 de abril de 2012

ESTADOS Y OFICIOS DE CRISTO.

Estados (etapas, momentos sazones)Los estados de Cristo en su ministerio terrenal son dos: El estado de humillación y el estado de exaltación. Los oficios (funciones, tareas, trabajos) de Cristo son tres: 1- Como Profeta, 2- Como Rey y 3–Como Sacerdote. EL ESTADO DE HUMILLACIÓN El estado de humillación. La Escritura nos habla de este estado durante su ministerio terrenal “Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz” (Fil.2:5-8). Cristo, como Logos preexistente y como Verbo hecho carne necesitó para mediar en la obra redentora una renunciación dual, esto es, de lo DIVINO a lo humano y de lo humano a la CRUZ.• Subsistiendo como segunda Persona de la Deidad encarnado en nuestra humanidad tuvo que hacer una renuncia de su yo divino -no estimó el ser igual a Dios- o como se traduce frecuentemente, como cosa a la que debía aferrarse, o sea, un despojarse del yo: sino que se despojó a sí mismo, esto es ¨se vació a si mismo¨, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres.• Subsistiendo en forma de hombre, había necesariamente tres pasos bien definidos en su humillación terrenal: (1) una renunciación de sí mismo -se humilló a si mismo¨, (2) una subordinación incondicional a la voluntad del Padre -hecho obediente hasta la muerte, (3) -y muerte de cruz, una perfección de su humillación como representante de la humanidad pecadora. Cristo se despojó de la gloria que Él tenía con el Padre antes de la fundación del mundo, se vació de forma total y se despojó de todos sus atributos divinos a fin de tomar sobre si la forma de siervo subordinado a la voluntad del Padre celestial, y aun conociendo la voluntad del Padre (enfrentar el sufrimiento indecible y la muerte humillante en la cruz) se ofreció voluntariamente, en perfecta obediencia, bajo el control inmediato y directo del Espíritu Santo, el mismo que le engendró, le instruyó, le ungió para llevar a cabo su misión y que lo capacitó hasta el fin -gracias a su perfecta dependencia a el Padre- para ofrecerse a sí mismo, sin mancha como el Cordero de Dios. LA EXALTACION. Este estado es producto de la voluntad y el poder de Dios en Jesucristo. Es aquel estado de Cristo en el cual Jesús puso a un lado las flaquezas de la carne de acuerdo con su naturaleza humana y reasumió otra vez su majestad ▄ “A éste, Dios ha exaltado con su diestra por Príncipe y Salvador, para dar a Israel arrepentimiento y perdón de pecados. Y nosotros somos testigos suyos de estas cosas, y también el Espíritu Santo, el cual ha dado Dios a los que le obedecen” (Hch.5:31). Esto se cumple en Pentecostés, remitirse a Hechos.2:38. La resurrección y la ascensión (Hch.1:3-11). Aunque la ascensión de Cristo a los cielos se narra como un evento posterior a la resurrección sin embargo en otros textos (Lc.24:26, 24:50-53) se deja bien claro como hechos que están unidos y enmarcados en la exaltación. Por tanto podemos tratar ambos hechos históricos como el evento último y culminante de la misión terrenal de nuestro Señor. Es un hecho histórico, atestiguado “con muchas pruebas indubitables, apareciéndoseles durante cuarenta días y hablándoles acerca del reino de Dios” (Hch.1:3). El testimonio de los apóstoles y de los primeros discípulos es de un valor inmenso. Cristo volvió a la vida y se les apareció en carne y hueso de tal manera que pudieron reconocer su cuerpo como el de Aquel que había sido crucificado. El efecto más inmediato de las evidencias de la resurrección fue el cambio instantáneo y total que se llevó a cabo en las mentes de los discípulos. De un estado de incredulidad y desilusión, se transformaron en creyentes gozosos. La evidencia suprema de la resurrección siempre debe ser considerada en el cumplimiento de la promesa del Espíritu Santo ▄ “A este Jesús resucitó Dios, de lo cual todos nosotros somos testigos. Así que, exaltado por la diestra de Dios, y habiendo recibido del Padre la promesa del Espíritu Santo, ha derramado esto que vosotros veis y oís” (Hch.2:32-33). ▄ “Ahora bien, el punto principal de lo que venimos diciendo es que tenemos tal sumo sacerdote, el cual se sentó a la diestra del trono de la Majestad en los cielos” (Heb.8:1). La resurrección fue la comprobación y el testimonio divino del ministerio profético de Cristo y el don del Espíritu Santo es la prueba de su ascensión. La presencia de Cristo sobre el trono no es sino el principio de su suprema autoridad que terminará cuando haya puesto a todos sus enemigos debajo de sus pies (I Co.15:25), volverá a la tierra por segunda vez sin relación con el pecado, para salvar a los que le esperan (Heb.9:28) por lo que finalizará toda oportunidad de salvación. Su exaltación será completa solo cuando todas las cosas le sean sujetas y cuando El mismo sea coronado como Señor de todo ▄ Y el postrer enemigo que será destruido es la muerte. Porque todas las cosas las sujetó debajo de sus pies. Y cuando dice que todas las cosas han sido sujetadas a él, claramente se exceptúa aquel que sujetó a él todas las cosas. Pero luego que todas las cosas le estén sujetas, entonces también el Hijo mismo se sujetará al que le sujetó a él todas las cosas, para que Dios sea todo en todos (I Co.15:28). • LOS OFICIOS DE CRISTO. El proceso mediatorio que principió históricamente con la encarnación y continuó a través de la humillación y la exaltación llegó a su perfección total en la reunión a la diestra de Dios Padre. Como Mediador la obra de Cristo es considerada desde tres puntos de vista: como Profeta, Sacerdote y Rey.
1. COMO PROFETA. Habló por medio de los ángeles, por medio de teofanías , de los tipos y de los profetas (I P.3:19-20). Como Verbo encarnado reveló fiel y perfectamente a los hombres la voluntad salvadora de Dios y su verdadero rostro, con toda autoridad divina y fue reconocido como Maestro (Mt.7:28-29, Jn.3:2). Después de su ascensión continua su ministerio mediador a través del Espíritu Santo quien ahora habita en la iglesia como Espíritu de la verdad. Cuando estemos en la presencia de Dios, en la ciudad celestial, será por medio de su humanidad glorificada que veremos y gozaremos la visión de Dios por toda la eternidad (Ap.21:23). Jesús, el profeta de un mejor pacto (Dt.18:18, 19) que cumple con los requerimientos del antiguo. Para los judíos religiosos del tiempo de Jesús nadie era mayor que Moisés. Por medio de él Dios había dado la Ley; Moisés fue la persona que Dios utilizó para trasmitir todo el sistema religioso israelita. Estaban conscientes también de que Dios había dicho que vendría otro profeta como Moisés. Cuando los fariseos le preguntaron a Juan el Bautista si él era el profeta (Jn.1:21), se estaban refiriendo a este pasaje de la Escritura. Así como por Moisés se constituyó el antiguo pacto, Jesús vino a traer el nuevo. El apóstol Juan nos dice: Pues la ley por medio de Moisés fue dada, pero la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo (Jn.1:17). El escritor de Hebreos nos dice que Cristo fue el mediador de un mejor pacto (Heb.8:6). Jesús, como profeta, vino a cumplir los requisitos del antiguo pacto, para que el nuevo pacto pudiera ser establecido entre Dios y la humanidad. El hecho de que se consideraba a Jesús como algo más que un maestro judío común queda expresado en el término profeta (Mt.21:11, 46; Mr.6:15, 8:28, Lc.7:16, 39; 24:19, Jn.4:19, 6:14, 7:40; 9:17). -COMO 2. COMO SACERDOTE. Este oficio del Salvador incluye tanto (1) el sacrificio, (2) el cambio de ley y (3) la intersección. Él se ofreció a si mismo (Heb.7:27), fue al mismo tiempo la Ofrenda y el Dador de la ofrenda, que conjuntamente con su muerte, resurrección y ascensión conforman la redención y la expiación . ▄ que es en Cristo Jesús, a quien Dios puso como propiciación por medio de la fe en su sangre (Ro.3:24-25). Fue en la víspera de su crucifixión que nuestro Señor asumió su función sacrificial –expuesta primeramente por la institución de la Cena del Señor y su oración de consagración en Jn.17:1-26. En consecuencia la cruz viene a ser el centro o núcleo del evangelio anunciado por los apóstoles ▄ “pero nosotros predicamos a Cristo crucificado, para los judíos ciertamente tropezadero, y para los gentiles locura; mas para los llamados, así judíos como griegos, Cristo poder de Dios, y sabiduría de Dios. Porque lo insensato de Dios es más sabio que los hombres, y lo débil de Dios es más fuerte que los hombres” (I Co.1:23). ▄ “cuando fui a vosotros para anunciaros el testimonio de Dios, no fui con excelencia de palabras o de sabiduría. Pues me propuse no saber entre vosotros cosa alguna sino a Jesucristo, y a éste crucificado” (I Co.2:1-2). Con su muerte en la cruz Jesús anula la ley mosaica dada en el Sinaí (las tablas de la ley) para poner en vigencia el Nuevo Testamento (Col.2:13-15) ya que con el cambio de sacerdocio también cambiaba la ley ▄ (Heb.7:11-12). En la cruz nuestro Sumo Sacerdote establece y es fiador de un Nuevo Pacto (Heb.5:1-2, 7:18-22, 9:15-18, I Co.10:16; 11:24-26). Su sacrificio fue un acto voluntario de expiación y reconciliación (Ef.5:2; I P.2:24; Ro.5:10; Col.1:20). 3. -COMO REY. Después de su resurrección Dios el Padre en y por medio de Cristo estableció su reino desde el primer siglo, ya ya sabemos que la iglesia y el reino son la misma cosa ▄ Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra… (Mt.28:18-20). El oficio como Rey es aquella actividad de nuestro Señor ascendido a la diestra de Dios, gobernando sobre todas las cosas en la tierra y en el cielo; ya desde la institución de la iglesia en Pentecostés Cristo ha establecido su reino, la iglesia es una extensión del reino celestial y Dios le ha dado a Cristo la autoridad de reinar ▄ sobre todo principado y autoridad y poder y señorío, y sobre todo nombre que se nombra, no sólo en este siglo, sino también en el venidero; y sometió todas las cosas bajo sus pies, y lo dio por cabeza sobre todas las cosas a la iglesia, la cual es su cuerpo, la plenitud de Aquel que todo lo llena en todo (Ef.1:20-23) . Cristo ascendió al trono y continúa su obra mediadora hasta la hora del juicio, cuando este régimen mediatorio terminará. Jesús está a la diestra de Dios Padre y constantemente ejerce su oficio de Abogado actuando a nuestro favor. La palabra abogado es recogida en el idioma griego con el termino Paracletos ▄ y si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo. Y él es la propiciación por nuestros pecados; y no solamente por los nuestros, sino también por los de todo el mundo (I Jn.2:1-2). Este oficio en cuestión es la obra intercesora que Jesús continua haciendo mediante el ministerio del Espíritu por todos los cristianos que pecan

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