domingo, 27 de noviembre de 2011

La enseñanza de Jesús sobre la ley de Moisés.

LOS PROFETAS: VELARON POR UN EQUILIBRIO ADECUADO A LA LEY.

Los profetas proporcionaron, sin dudas, un balance adecuado entre la ley y las interpretaciones extremas que de ella hacían los fariseos y demás líderes religiosos de Israel, legándonos una literatura devocional y de paso instruyendo al pueblo en las promesas de Dios sobre el Redentor.

JESÚS DEMUESTRA SU AUTORIDAD SOBRE LA LEY MOSAICA

Jesús en su rol profético contrapone su palabra en forma directa a la palabra de la Toráh, manifestando así una autoridad sin igual, por ese motivo Jesús se coloca por encima de Moisés, se pone a la altura de Dios y Dios aprueba y confirma la autoridad de su Hijo durante la transfiguración …Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia; a él oíd (Mt.17:1-8).

JESÚS DENUNCIA LA OPRESION RELIGIOSA MEDIANTE LA LEY Y SU MANIPULACIÓN POR LOS FARISEOS.

El papel de los fariseos es significativo entre los líderes religiosos, los cuales aparentemente observaban la ley mosaica al pie de la letra y atormentaban al pueblo con pesadas cargas que ni ellos mismos eran capaces de llevar. A tal punto llevaban su escrupulosidad con la ley que maldecían a aquellos que no lo hicieran así (Jn.7:49).LA LEY DIVINA FUE INVALIDADA POR LOS MANDAMIENTOS DE HOMBRES

En cuanto a la ley de Moisés los fariseos e intérpretes de la ley habían introducido cambios para hacer efectiva la legislación de la ley ante las complejidades de la vida diaria pero comenzaron a centrar su atención y valorar más sus formas externas (rituales) que a su espíritu interno.

DEJARON AFUERA LO MAS IMPORTANTE: EL AMOR Y LA MISERICORDIA
Al someter la ley a constantes interpretaciones, en aras de mantener un código inequívoco desarrollaron dichas interpretaciones ajustándose a la literalidad de su expresión, de esta forma se desarrolló una interpretación legalista, dándole la misma importancia a todos los preceptos sacrificaron el amor y la misericordia de Dios. De aquí la función de los profetas, los cuales apelaron a las esperanzas y temores de los hombres realzando el contenido interno de la ley por encima de las formas exteriores.
LOS PROFETAS: VELARON POR UN EQUILIBRIO ADECUADO A LA LEY.

Los profetas proporcionaron, sin dudas, un balance adecuado entre la ley y las interpretaciones extremas que de ella hacían los fariseos y demás líderes religiosos de Israel, legándonos una literatura devocional y de paso instruyendo al pueblo en las promesas de Dios sobre el Redentor.

JESÚS DEMUESTRA SU AUTORIDAD SOBRE LA LEY MOSAICA

Jesús en su rol profético contrapone su palabra en forma directa a la palabra de la Toráh, manifestando así una autoridad sin igual, por ese motivo Jesús se coloca por encima de Moisés, se pone a la altura de Dios y Dios aprueba y confirma la autoridad de su Hijo durante la transfiguración …Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia; a él oíd (Mt.17:1-8).

JESÚS DENUNCIA LA OPRESION RELIGIOSA MEDIANTE LA LEY Y SU MANIPULACIÓN POR LOS FARISEOS.

El papel de los fariseos es significativo entre los líderes religiosos, los cuales aparentemente observaban la ley mosaica al pie de la letra y atormentaban al pueblo con pesadas cargas que ni ellos mismos eran capaces de llevar. A tal punto llevaban su escrupulosidad con la ley que maldecían a aquellos que no lo hicieran así (Jn.7:49).

▄ Porque atan cargas pesadas y difíciles de llevar, y las ponen sobre los hombros de los hombres; pero ellos ni con un dedo quieren moverlas (Mt.23:4)
▄ Y él dijo: ¡Ay de vosotros también, intérpretes de la ley! porque cargáis a los hombres con cargas que no pueden llevar, pero vosotros ni aun con un dedo las tocáis (Lc.11:46).
▄ Este pueblo de labios me honra, Mas su corazón está lejos de mí. Pues en vano me honran, Enseñando como doctrinas mandamientos de hombres. Porque dejando el mandamiento de Dios, os aferráis a la tradición de los hombres: los lavamientos de los jarros y de los vasos de beber; y hacéis otras muchas cosas semejantes. Les decía también: Bien invalidáis el mandamiento de Dios para guardar vuestra tradición (Mr.7:7-9)

Al mismo tiempo que el pueblo judío sufría bajo el poder de Roma y la ocupación de su patria por el ejército imperial, también se sumaba a esta ignominia el estar bajo el yugo insoportable de la religiosidad judía a partir de la seca interpretación legalista de la ley mosaica. La fe había cedido el paso a la rigurosidad de los preceptos mosaicos a tal extremo que después del exilio el cumplimiento de la ley se había convertido en la esencia misma del judaísmo. La ley, que debía jugar el papel de ayudar, de guiar e instruir al hombre en la búsqueda de su camino hacia Dios se había corrompido y era invalidada al ser manipulada por los sacerdotes por medio de interpretaciones absurdas y tradiciones de hombres. La ley al perder el Espíritu divino que la alentaba y sustentaba se convirtió en un instrumento de opresión y esclavitud -por demás impuesta en nombre de Dios- en manos de la jerarquía sacerdotal que en su gran mayoría habían perdido el camino de la fe.

Los líderes religiosos habían reducido la ley de Dios a la obediencia externa expresada en una serie de complicados ceremoniales y de rituales vacíos que no cambiaban el corazón del hombre. Las obras de la ley no justificaban a nadie, ¿por qué?: Las obras se habían constituidos fines en sí mismas, no estaban acompañadas de la gracia y la misericordia, unido a esto la corrupción de la clase sacerdotal era insoportable, los impuestos que tenía que pagar el pueblo, los diezmos, las remesas de los judíos en el extranjero, en fin, todas estas riquezas recolectadas en el nombre de Dios iban a engrosar el tesoro del templo y servían para enriquecer a la clase sacerdotal. Alrededor del mismo templo surgió un inmenso comercio de tenderos, cambistas, maleantes y pordioseros, pero del cual también se beneficiaban los sacerdotes. La nobleza sacerdotal y los miembros de su familia vivían de los ingresos del templo y del comercio que se fomentaba alrededor de él. Los sacerdotes vestían con gran lujo y compraban grandes propiedades y latifundios.

LOS PROFETAS DENUNCIAN LA CORRUPCIÓN DE LA LEY CON EL PROPOSITO DEL ENRIQUECIMIENTO DE LOS LIDRES RELIGIOSOS

Profetas como Isaías y Amos ya habían denunciado duramente esta corrupción y el uso de la ley para el enriquecimiento personal (Is.5:8, Am.4:1, 8:4, Lc.6:24) y el mismo Jesús decía ▄ Bien invalidáis el mandamiento de Dios para guardar vuestra tradición. Porque Moisés dijo: Honra a tu padre y a tu madre; y: El que maldiga al padre o a la madre, muera irremisiblemente. Pero vosotros decís: Basta que diga un hombre al padre o a la madre: Es Corbán (que quiere decir, mi ofrenda a Dios) todo aquello con que pudiera ayudarte, y no le dejáis hacer más por su padre o por su madre, invalidando la palabra de Dios con vuestra tradición que habéis transmitido. Y muchas cosas hacéis semejantes a estas (Mr.7: 9-13)

JESÚS PREPARA EL TERRENO Y LOS CORAZONES PARA UN MEJOR PACTO

La predicación de Jesús va preparando el terreno para el establecimiento de un mejor pacto mediante el cual el hombre pecador fuera justificado, redimido y obtuviera el perdón de sus pecados. En su mensaje Jesús enseña al pueblo y a los fariseos que la ley fue dada a Israel no para convertirla en un pesado yugo, sino como expresión del amor de Dios para con su pueblo y por tanto debe generar vida y justicia. En su función profética Jesús le recuerda a los judíos que la ley hay que vivirla y que no es una simple institución jurídica (Esd.7:10), pero ya la ley se había convertido en un fetiche para el pueblo de Dios. La ley había sido dada por Dios no para liberar a un pueblo, sino para que un pueblo ya liberado fuera instruido con el objetivo de que se mantuviera en constante compañerismo con el Dios que los había sacado con brazo fuerte de la esclavitud en Egipto. La observancia meticulosa de la ley se convirtió en un afán de cada judío por alcanzar la salvación, afán que los llevó al extremo de olvidarse de que Dios era el autor de esa ley y el único proveedor de la redención.


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