viernes, 18 de diciembre de 2009

El tema del Ayuno en el Nuevo Testamento

Ahora estudiaremos detenidamente las enseñanzas del Nuevo Testamento. Si somos seguidores de Cristo y él es el paradigma de nuestras vidas todo aquel que se llame cristiano debe vivir como él vivió. Si el Nuevo Testamento nos enseña que debemos practicar el ayuno, entonces es mandato para su iglesia.

Mateo 4:2. ¿Quién ayunó? Ayunó Jesús. ¿Por qué ayunó? Porque Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto para que fuera tentado por el Diablo, porque en su calidad de Mediador era necesario que fuera probado, era necesario que El venciera personalmente sobre la posibilidad del pecado, y no solamente debía triunfar sobre la tentación, sino dejar bien sentado la dignidad y fortaleza espiritual de su reinado para poder ser dador de vida eterna a los demás. Es importante resaltar que el bautismo y las tentaciones del Diablo en el desierto constituyen el umbral del ministerio mesiánico de Jesús. Este ayuno significó para Jesús lo que habría sido para Abraham el pedido de sacrificar a su hijo, para Moisés la rebelión del pueblo sediento, o el asunto del ternero de oro, indudablemente es un momento de dura prueba. En la total lucidez en que Jesús se sentía fortalecido espiritualmente por su ayuno el Diablo trató de convencerlo de que era imposible cumplir su misión por los medios que Dios le proponía y hacerle dudar de su misión y de su bautismo. Jesús utilizó este tiempo de ayuno para ejercitar su fe y fortalecerla en comunión íntima con su Padre, orando y meditando.

Hechos 13:2-3. ¿Cuántas veces ayunaron? Ayunaron una sola vez ¿Quiénes ayunaron? Profetas y maestros de la iglesia en Antioquia: Bernabé, Simón, Lucio, Manaen y Saulo ¿Por qué ayunaron? La iglesia del Señor es una iglesia en constante misión y ellos estaban trabajando en la obra del Señor y pedían su dirección espiritual en el desempeño de sus ministerios en la misión de la iglesia, ayuda y preparación ¿Qué esperaban lograr? Con la práctica del ayuno estos maestros buscaba la voluntad de Dios, el pasaje nos muestra sobre la persistencia, seriedad e intensidad del ayuno que habían declarado, su máximo logro era buscar la presencia de Dios, pedir con urgente necesidad su dirección con la cual deseaban obedecer al Señor ¿Cuál era su motivo? Implorar la guía y la gracia de Dios para los dos misioneros ¿Qué sucedió? No hay misión si no se es enviado, pero la iniciativa vino del Espíritu Santo que responde a la vida ferviente de la iglesia. Una vez convencidos de lo que Dios quería de ellos, les impusieron las manos y despidieron a Bernabé y Saulo.
Hechos 14:23. ¿Quiénes ayunaron? Bernabé y Saulo y cada iglesia donde se nombraron ancianos ¿Por qué ayunaron? Porque querían pedir la dirección y la ayuda de Dios para realizar la misión de organizar la iglesia y constituir a los ancianos.
¿Qué es el ayuno? El ayuno es un medio, una disciplina espiritual que nos ayuda a centrar y enfocar toda nuestra atención en Dios y son necesarias condiciones o actitudes como la fe, humildad, el reconocimiento y confesión de nuestras faltas, el arrepentimiento sincero y un deseo auténtico de enmendar nuestros errores y no volver a practicarlas.

Es necesario aclarar que de nada vale declarar un ayuno si no existe en nuestro corazón la necesidad de entrar en la presencia de Dios, y consecuentemente para entrar en la presencia del Señor es necesario partir del reconocimiento de nuestros pecados, nuestras debilidades y arrepentirnos de haber sido infieles a Dios, si hacemos esto entonces podemos declarar un ayuno porque hay un propósito determinado. Podemos abstenernos de alimentos para propiciar un acercamiento a Dios, pero, sin el arrepentimiento dicho ayuno no tiene validez alguna porque todavía el pecado está arraigado en nuestras consciencias, no hay un sentido de culpabilidad, entonces no hay nada que transformar. Por tanto, sin esta actitud o sentimiento pasaremos hambre, pero no estaremos en la presencia de Dios tal como El quiere. Sin embargo si vamos al ayuno con esta actitud de humildad, arrepentimiento, dependencia y sed de Dios, entonces el ayuno es un recurso que puede potencializar nuestra búsqueda de Dios como medio o vía espiritual de concentrarnos y enfocarnos en la intensidad que requiere este encuentro.
¿Cuál es el propósito del ayuno en el Nuevo Testamento?
En los versículos estudiados que pertenecen al Antiguo Testamento, el ayuno es un recurso, un medio, una vía más que nos enseña la Biblia para acercarnos a Dios, prepararnos espiritualmente y procurar su presencia, existe en todos los casos un fin común: Dios. En su contexto histórico y cultural ya hemos visto que en estos textos el ayuno casi invariablemente iba acompañado de otras acciones como el rasgar los vestidos, cubrirse o sentarse en cenizas, etc., lo cual no necesariamente tiene que ser así en otras culturas como la occidental y no por eso su naturaleza deja de ser más auténtica. Para el judío, y en términos más generales para el oriental, el ayuno además de ser un ejercicio es también un símbolo para expresar externa y visiblemente su lamento, su arrepentimiento, su humildad ante Dios.
En los tiempos de Jesús era una práctica muy extrema en los fariseos el hacer énfasis de lo externo sobre lo interno, y ese es el mismo sentir en las denuncias de los profetas como Isaías y Amós, pero este es un peligro que está latente en todos los tiempos, hemisferios y culturas. El propósito del ayuno esencialmente no cambia en forma alguna en el Nuevo Testamento, para la iglesia del Señor sigue siendo un medio o disciplina de fortalecimiento o crecimiento espiritual de preparación, conjuntamente con la lectura y meditación de la Palabra, la oración, la alabanza, etc. y el fin es el mismo: adorar a Dios y procurar su presencia en íntima comunión.

Mateo 6:16-18 (El Ayuno en el Sermón del Monte) ¿Esperaba Jesús que sus discípulos ayunaran? ¿Cómo quiere que ayunemos?
Si, por supuesto, Jesús anhelaba que sus discípulos ayunaran, y esto es algo que también El espera de los discípulos de ahora. Si seguimos a Jesús debemos seguir todos sus mandamientos. Jesús como único Señor y cabeza de su iglesia quiere que ayunemos, pero en el estudio y meditación de este texto vemos que establece, no un molde fijo porque las condiciones y desarrollo del mismo ya sean colectivos o particulares debe ser regulados individualmente, pero sí establece principios básicos e inviolables para que nuestro ayuno sea practicado en “espíritu y verdad”. En este texto resaltan fácilmente cuatro de ellos, son:

1-El ayuno no es un espectáculo. Como todos nuestros actos de piedad el ayuno debe estar sellado con la humildad, la paz y dominio propio que caracterizan al seguidor de Cristo. 2- La disposición del corazón es fundamental para declarar cualquier tipo de ayuno, ya sea comunitario, o individual, tenemos que llegar a la convicción de que el ayuno es una necesidad o disciplina espiritual, por eso la sinceridad, que es lo contrario de la hipocresía debe ser la actitud primera de nuestro corazón al prepararnos para nuestro encuentro con Dios. 3- La espiritualidad es el camino de la interioridad en el crecimiento del cristiano, por tanto las señales externas deben ser atenuadas y si es posible eliminadas. El ayuno no es para “demostrar” quiénes somos, sino para ayudarnos a “ser” como Dios quiere que seamos, mediante el constante compañerismo con El. 4- No debemos ayunar para agradar a los hombres, el objeto de toda nuestra adoración es Dios. En este pasaje se reafirma lo ya estudiado anteriormente, el ayuno es un medio, no un fin en sí mismo, el fin último y supremo del ayuno como recurso espiritual es Dios.

1 comentario:

Josías Domínguez dijo...

que DIOS LES BENDIGA MUCHO MUY BUEN TRABAJO CONTINÚEN HACIA ADELANTE